Diaspora

Un día – 70 años después de la caída de Tenochtitlán -, cuando los territorios del norte del país estaban pobladas por tribus chichimecas barbarás, nos llego una invitación que por mandato del VirreyDon Luis Velasco deberíamos comenzar un largo viaje para colonizar a los territorios del norte, ya que estos habían descubierto yacimientos de plata, se nos informo que era una colonizaciónpacifista. Recuerdo muy bien que al llegar a casa comunique a mi familia la buena nueva, yo estaba emocionado quiero destacar pero a ellos no les causo mucha gracia ni emoción salir de nuestro hogar paradirigirnos a un nuevo territorio que era totalmente desconocido y muchos menos sin saber los peligros que este traería, aunque yo pensaba que era el deber de todo ciudadano contribuir con las ordenes denuestro soberano líder.
A reclamos de mis hijos y de mi esposa comenzamos el viaje llegando el día acordado a un pequeño valle el de ‘’Nuestra Señora de las Nieves en San Juan Totolac’’, el 6 de Juliomi familia y yo, junto con 399 familias más emprendimos el viaje oficial saliendo de los cuatro señoríos que son: Tepeticpan, Ocotelulco, Quiahuixtlan y Tizatlan el largo pero excitante viaje trajoconsigo muchas nuevas experiencias.
Fueron días pesados y muy largos llenos de emoción, miedo e inquietud pero al transcurso de los días mi familia fue viendo el lado bueno del viaje los bellospaisajes, los colores, los olores y los sonidos de la naturaleza, de esa pureza que te envolvía, era lo que más disfrutaba y yo se que ellos también aunque al principio no les agrado mucho la idea. En ellapso del camino conocimos a una pequeña familia que se volvió en muy poco tiempo en buenos amigos, pero como el territorio por conquistar era muy grande o así no los habían planteado tuvimos quesepararnos, nos dimos un gran abrazo y les deseamos lo mejor en lo que faltaba de su viaje, esperando volver a verlos. Las 400 familias entre ellas la mía nos dirigieron a diferentes lugares para hacer más...