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PAULO FREIRE
Con cariño y respeto lo saludo deseándole un feliz día.
Me dirijo a usted con respeto y admiración con el fin de contarle sobre uno de mis primeros días de clase. Esedía jamás lo olvidare, porque sin duda llegué con el sentimiento que acompaña a la mayoría de maestros novatos, el nerviosismo. Ese día mi seguridad frente a un grupo de alumnos menonitas andabaperdida, pues me enfrentaba a algo nuevo y sentía mucho miedo equivocarme no me sentía segura de mi misma, y de los años de estudio donde adquirí sabiduría para la práctica docente ha adquirido. Losniños y los padres de familia llegaron sonrientes, muy dispuestos a dejar sus hijos en mis manos los niños tienen reglas que sus padres les imponen y son los maestros tan respetables como sus propiospadres, me saludaron y me dieron la bienvenida.
Todo era nuevo tanto para mí como para los padres de familia y los alumnos, sus aulas eran diferentes a otras que había conocido fue algo estresanteporque los padres los hombres se quedaron como una hora para ver la traté de dar lo mejor de mí y así siento que lo hice, de las actividades abordadas.
Cuando abordé con los niños la actividad no sabíasi los niños estarían aprendiendo algo significativo con lo enseñado, al darme cuenta de que la mayoría no hablaba español opte por poner traductores a los alumnos que si sabían hablar español aldarme cuenta de este grave problema y más pánico me dio al no poder enseñar a estos alumnos no sabía nada, yo solo actuaba de acuerdo a mis sentidos a pesar de todo esto que esta viviendo, trataba decentrarme en lo que a mi sensatez y experiencias de vida, y con ayuda del padre de familia y algunos alumnos que si sabían hablar español logre llegar al final de la jornada con éxito.
Fue algoestresante porque casi fue a señas y dibujos todo lo que les explicaba para que de ese modo pudieran entenderme lo único que me alienta es el contacto con los niños, sus sonrisas lo agradecidos que se...
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