Dickens y la corte constitucional

Dickens y la Corte Constitucional Luis Ignacio Betancur AMBITO JURÍDICO, Enero 23/09 Las novelas de Dickens produjeron más cambios a favor de los pobres en la Gran Bretaña del siglo XIX, que lasperoratas de muchos demagogos. ¿Habría tenido el mismo éxito, si en vez de novelar la situación hubiera interpuesto tutela ante alguna Corte Constitucional? No. Porque proteger a los desvalidos requieremúltiples actores que tengan distintos intereses, manejen diversas materias, tengan objetivos contradictorios y pertenezcan a clases sociales y a niveles de versación diferentes. Mientras no se inventeotro foro, los Congresos y Gobiernos elegidos popularmente son lo más cercano a esa reunión de individuos apropiadamente en cada época. Los jueces no, en parte porque precisamente su elevado grado deconocimiento jurídico los sitúa en un laberinto de normas y criterios construidos con material de una sola cantera: el Derecho. La Sentencia T-760 del 2008 no podía, ni tiene por qué poder, ocuparsede muchas causas que están en la raíz de los atascos para universalizar la prestación de salud. Por ejemplo, los afiliados al régimen contributivo son una proporción constante (33%, en el 2000 y en el2006), mientras que los del régimen subsidiado son cada vez más (22,5% y 40,4%, en los mismos años) y a medida que los no afiliados del todo ingresen al sistema, esa tendencia probablemente semantendrá. Otro factor limitante es el sinnúmero de prelaciones de gasto que se ha venido creando desde 1991 frente a una menor tributación y el consiguiente efecto de más deuda, que es a su vez otraprelación de gasto. ¿Podrían los jueces solucionar esta situación? Ellos solos no, aunque contribuirían si dejaran de ser providencialistas. Pero el peso de las decisiones en esa materia está, ante todo, enel Gobierno y en el Congreso. Tampoco podía la sentencia enfrentar dilemas como estos: el flujo de los recursos del sistema de salud que la corte expresamente dejó de lado podría solucionarse, a lo...