Dictadura de abogados

La sociedad debería proponerse como tarea terminar con la dictadura de los abogados, que no nos aseguran ni siquiera hacer ejemplar la impartición de justicia. Esta es una de las áreas inherentes alos profesionales del derecho, pero su eficacia e independencia no termina de convencernos. Ahí tenemos una Corte de Constitucionalidad desprestigiada por más de una resolución política, donde noprecisamente brillan la honestidad y el apego a la norma jurídica, siendo la instancia que debe resguardar la superioridad de la norma constitucional.

Una de las grandes fallas del sistema escondicionar muchas responsabilidades de la administración pública a los abogados. Se da el caso que el requisito número uno para Procurador de los Derechos Humanos es ser abogado y notario, debiendo reunir lasmismas cualidades que se requieren para ser Magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Otra vez. Para optar al cargo de magistrado titular o suplente del Tribunal Supremo Electoral los requisitosson: ser guatemalteco de origen, de reconocida honorabilidad, estar en el goce de los derechos ciudadanos y ser abogado colegiado.

Vivimos en un sistema donde cualquier cosa debe ventilarlo unabogado, bajo miles de normativas legales a cumplir, so pena de rechazo. Embrollados, atados y dependientes de papeleos legales, como si no pudiéramos subsistir como ciudadanos sin un abogado de cabecera.Por eso andamos tan mal. Los abogados, como los técnicos, todo lo complican, lo deshumanizan y lo maquinan hasta con poco sentido común. Por supuesto, no todos. Intente organizar un partido político yverá que sin un abogado es imposible. Trate de disolver un contrato con alguna telefónica abusiva. Compre una casa. O un vehículo. Procure una identificación de nombre en el Renap. Inscriba unaempresa. Tramite un derecho de propiedad intelectual.

Seamos más flexibles. Hoy, en otros países, hasta la impartición de justicia depende de tribunales integrados por ciudadanos comunes y los jueces...