Didactica de la astronomia
por los errores conceptuales que aparecen en los medios de comunicación masiva o que son sostenidos,
por falta de información o ignorancia, por parte del público no especializado. Sin embargo, muchas veces, somos esos mismos astrónomos quienes nos embarcamos a enseñar –tanto a niños como a
adultos, en las escuelas o en nuestras asociaciones de aficionados‐ sin darnos cuenta de que abordamos
una actividad que tiene sus propias reglas y que, por desconocerlas, estamos cayendo nosotros mismos
en aquello que tanto criticamos. Enseñar, entonces, requiere poseer aunque sea un mínimo conocimiento
sobre otra disciplina científica: la didáctica.
Aprendizaje significativo vs. educación tradicional
La Didáctica es una Teoría de la Enseñanza que da normas para construir determinados
conocimientos del modo más eficaz. La didáctica nos permite diferenciar la enseñanza como una mera
transmisión de contenidos, de lo que es el aprendizaje significativo. Muchas veces, nos conformamos con describir los fenómenos y damos por supuesto que si los niños pueden repetir la explicación es porque la
han comprendido. Pero, en realidad, todos sabemos que con este ʺdecirʺ no podemos considerar que el
chico aprendió. Esto sería como pensar que una persona está en condiciones de leer comprensivamente
con sólo conocer las letras del abecedario. Los chicos de entre 6 y 9 años, por ejemplo, repiten que la Tierra es redonda, que gira produciendo días y noches y todo aquello que nosotros les enseñamos sobre
ella. Sin embargo, como vamos a ver más adelante, muchas veces, ese concepto –que nos parece tan
trivial‐ no está realmente internalizado y mucho menos comprendido.
Un aprendizaje significativo es, en realidad, el único aprendizaje mediante el cual las personas
adquieren conocimientos consistentes. Es un proceso de construcción de significados. Lo que queremos enseñar empieza a tomar sentido a partir de las relaciones que los alumnos son capaces de establecer con
lo que ya saben, es decir con los esquemas de conocimiento con los que ya cuentan. La nueva información
se incorpora entonces a la estructura mental que poseen y pasa a formar parte de la memoria comprensiva. Cuantas más conexiones no arbitrarias establezcan entre el nuevo contenido y los esquemas, más
significativo habrá sido el aprendizaje.
Para que se comprenda mejor lo que se está queriendo explicar, tal vez valga comparar el proceso
de aprendizaje con el proceso de construcción de un edificio. Como todos sabemos, cuánto más alto sea
el edificio que se desea construir, más sólida deberá ser su estructura y más profundos sus cimientos. Del mismo modo sucede con los conceptos que deberá aprender un niño. Cuanto más elevados y
complejos sean, una base más sólida deberán tener y una estructura más adecuada para poder
sostenerlos. Pero ¿qué sucede? Cuando un chico llega hasta nosotros, no llega en blanco, virgen de
conocimientos. Casi podríamos decir que los cimientos sobre los que deberemos seguir construyendo ya los tienen armados. Esto se ha probado y legitimado desde hace ya 30 años. Sabemos hoy que estas
concepciones espontáneas son persistentes y que no bastan algunas pocas actividades de aprendizaje
para modificarlas. Probablemente esta persistencia se deba a que estas concepciones resultan coherentes
para quienes las sostienen y constituyen instrumentos eficaces para la predicción y la explicación de los
fenómenos cotidianos. La idea de la didáctica constructivista es respetar esos cimientos o ideas previas que los chicos traen
consigo para poder construir sobre ellas unas estructura sólida. Para ello, tenemos que empezar por
reconocer muy claramente cuáles son esos esquemas de conocimientos previos. Y saber que no podemos ...
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