Diderot y el arte



“La muchacha que llora a su pájaro muerto, de Greuze” extracto de Descripción de cuadros, grabados y piezas de escultura expuestas en el Louvre en 1765, por Denis Diderot, originalmente publicado en la revista manuscrita Correspondance Littéraire, y conocido actualmente como libro bajo el título Salon de 1765 1

¡Qué hermosa elegía!, ¡qué bonito poema!, ¡qué bello idilio haría Gessner2de él! Es la viñeta de un texto de este poeta. Un cuadro delicioso, el más agradable y quizá el más interesante del Salón. Ella está de frente, con su cabeza apoyada en la mano izquierda. El pájaro muerto está depositado en el borde superior de la jaula, con la cabeza colgando, las alas caídas, las patas al aire. ¡Con qué naturalidad posa la muchacha! ¡Qué hermosa es su cabeza! ¡Qué elegante supeinado! ¡Cuánta expresión tiene su cara! Su dolor es profundo, sumida en su desdicha totalmente. ¡Qué bonito catafalco es la jaula! ¡La guirnalda de hojas que serpentea alrededor tiene tanta gracia! ¡Oh qué mano tan bella!, ¡qué bella mano!, ¡qué bello brazo! Contemplad la veracidad de los detalles de esos dedos, y esos hoyuelos, y esa suavidad y enrojecimiento con el que la presión de la cabeza hacoloreado la punta de los dedos delicados, y el encanto de todo ello. Uno se acercaría a esa mano para besarla si no respetase a esta niña y su dolor. Todo encanta en ella, hasta su atuendo. El pañuelo del cuello está puesto de un modo... ¡es de una suavidad y ligereza! Cuando se ve este cuadro, uno dice: «¡Delicioso!». Si uno se detiene ante él, o regresa ante él exclama: «¡Delicioso!,¡delicioso!». Pronto uno se sorprende de estar conversando con la muchacha, consolándola. Esto es tan cierto, que he aquí lo que recuerdo haberle dicho repetidas veces:
¡Pequeña, qué profundo y reflexivo es tu dolor! ¿Qué significa ese aire soñador y melancólico? Todo por un pájaro! No lloras, estás afligida y el pensamiento acompaña tu aflicción. Venga, pequeña, ábreme tu corazón, dime la verdad; ¿es lamuerte de ese pájaro lo que te lleva a encerrarte en ti misma tan fuerte y tristemente...? Bajas los ojos, no me respondes. Tu llanto está a punto de brotar. Yo no soy padre, no soy ni indiscreto, ni severo. ¡Bien, lo imagino, él te amaba, te lo juraba y juraba desde hacía tanto tiempo!. ¡Él sufría tanto! ¿Cómo ver sufrir lo que se ama...? Déjame continuar, ¿por qué me cierras la boca con tumano...? Esa mañana, por desgracia, tu madre estaba ausente. Él vino, tú estabas sola. ¡Él era tan bello, tan apasionado, tan tierno, tan encantador, tenía tanto amor en sus ojos, tanta verdad en las expresiones! Decía esas palabras que van derechas al alma, y, al decirlas, estaba en tus rodillas; esto también es fácil de imaginar. Te había cogido una mano; de tanto en tanto sentías el calor de algunaslágrimas que caían de sus ojos y que se escurrían por tus brazos. Tu madre seguía sin volver. No es culpa tuya; es culpa de tu madre... ¡Ahora te echas a llorar! Pero lo que te digo no es para hacerte llorar. Y ¿por qué llorar? Él es tu prometido, no dejará de cumplir ninguna de sus promesas. Cuando se ha tenido la dicha de encontrar a una muchacha encantadora como tú, para unirse a ella, paracomplacerla, es para toda la vida... “¿Y mi pájaro...?” Sonríes (¡Ay, amigo mío, qué bella estaba! ¡Si la hubieras visto sonreír y llorar!) Continué: ¿Y tu pájaro? ¿Cuando uno se olvida de sí mismo, se acuerda de su pájaro? Al acercarse la hora del regreso de tu madre, aquel al que amas se marchó. ¡Qué feliz, contento, entusiasmado estaba! ¡Cuánto sintió separarse de ti...! ¡Cómo me miras! Yo sétodo eso. ¡Cuántas veces se levantó y volvió a sentarse! ¡Cuántas te dijo y volvió a decir adiós sin llegar a irse! ¡Cuántas veces salió y volvió a entrar! Acabo de verle en casa de su padre; está encantadoramente alegre, y todos se contagian de su alegría, sin poder evitarlo... “¿Y mi madre?” ¿Tu madre? Ella regresó nada más que él se había marchado; te encontró soñadora, como lo estabas hace un...