diego rossello

Trabajo presentado en el V Congreso Nacional de Ciencia Política
Sociedad Argentina de Análisis Político
14 al 17 de Noviembre de 2001

Políticas de la excepción: Heidegger y Schmitt

Diego Hernán Rossello
DNI 24.694.120
Carrera de Ciencia Política
Universidad de Buenos Aires
israfel@sion.com/4300-8645

Introducción
A pesar de generar incontables prevenciones y rechazos, pocos dudan que MartinHeidegger y Carl Schmitt son dos pensadores capitales del siglo XX. Ambos compartieron
el clima de época en que Alemania se daba una nueva constitución en Weimar,
atestiguaron luego su derrumbe y formaron parte del conjunto de intelectuales que
apreciaron en Adolf Hitler la reivindicación de las glorias del Sacro Imperio de
Carlomagno y de la Alemania unificada de Guillermo I, mediante elestablecimiento de un
III Reich que las reactualizaba en clave épica. Carl Schmitt y Martin Heidegger pensaron
y vivieron en épocas tumultuosas donde el proyecto iniciado en el siglo XVIII por los
philosophes comenzaba a trastabillar y fueron activos partícipes de un proyecto filosóficopolítico tan ambicioso como temerario, tan arriesgado como vejatorio.
Es manifiesto que el compromiso político de un autores un hecho de no poca
relevancia al momento de la exégesis de una obra o la hermenéutica de un pensamiento.
Sin embargo, también es cierto que los avatares biográficos de un pensador no se
identifican sin más, sino tras un cúmulo espeso de mediaciones, con las implicancias
políticas de sus escritos. Creemos que es necesario recordar el compromiso personal e
intelectual de los autores con elmovimiento nacionalsocialista, si bien ambos tienen
tiempos y alcances específicos, pero no aceptamos que la complejidad y riqueza de sus
pensamientos pueda ser reducida sin más a su engagement por más políticamente fallido
que nos parezca (y expresamente nos lo parece). Aun así, la justa condena de índole moral
poco hace para elucidar los problemas estrictamente políticos y filosóficos quedesembocaron en el nacionalsocialismo, como tampoco colabora la sobreactuación
humanitaria a la hora de neutralizar las embestidas racistas de Häider, sino más bien, por
el contrario, tal vez no hacen más que reafirmar la identidad del FPÖ al agenciarle tal
aglutinación de (necesarias pero no suficientes) consternadas oposiciones1. No es
descabellado afirmar que si Lukacs es a Heidegger lo que Kelsen aSchmitt, también es
cierto que Heidegger es a Krieck lo que Schmitt a Rosenberg2.
El objetivo de este trabajo consiste en hacer dialogar dos pensamientos a la luz de
las importantes afinidades electivas que presentan sus obras e intentar ir más allá de las
1

Si bien no es el objetivo del presente trabajo, sí nos parece pertinente apuntar que Slavoj Zizek está en lo
cierto cuando, frente a la pregunta¿por qué nos encanta odiar tanto a Häider?, encuentra un esbozo de
respuesta en la escasa diferencia ideológica que separa a la socialdemocracia europea actualmente en el
poder de los planes aplicados en el gobierno por los partidos liberales y conservadores. Así, Häider, además
de representar al más obsceno espíritu de horda, puede ser leído como el fenómeno político que justifica la
existencia–por oposición- de una devaluada centro-izquierda europea que halla en el nacionalismo racista el
único elemento del que claramente se diferencia pasando este a justificar, cual consuelo metafísico, la
devaluada identidad progresista de aquella. Al efecto ver: Zizek, Slavoj, “¿Por qué nos encanta odiar tanto a
Häider?” , New left review, Madrid, Nº 3, 2001.
2
La diferencia entre Alfred Rosenberg yCarl Schmitt es patente al considerar que el primero fue el creador
del concepto de Lebensraum o espacio vital, que justificaba los anhelos expansionistas de Alemania desde
una perspectiva biologista y racial y Schmitt, en cambio, acuñó el concepto de Grossraum o gran espacio al
que consideraba coherente con el derecho internacional y equivalente a la norteamericana doctrina Monroe.
Aun así,...