¿Diferente?
¿Diferente?
Por: Samantha Arellano
Imaginando un estado de felicidad y armonía perpetua, me dejaban las pagínas intermedias del libro Cartas a un joven disidente de ChristopherHitchens, como avanzaba la lectura y razonaba sobre líneas atrás, donde con más o menos palabras decía “En la vida progresamos por medio del conflicto, y en la vida mental, mediante la discusión y ladisputa.” Lo cual me generaba un pensamiento de igual manera relacionado con lo que alguna vez dijo el Dalai Lama: la auténtica finalidad de nuestra vida es buscar la felicidad.
Estas dos citas meexhortaron a seguir leyendo sin olvidar el título del libro que continuaba sin terminar de entender (por el término disidente) y con lo cual estos dos autores fueron contradictorios para mi.
Desdepequeños hemos crecido con el ideal de ser una persona “buena” es decir, obrar conforme a las leyes morales y ¿porque no?, las de la iglesia, mis padres me decía no hagas esto o aquello o me recordaban losdiez mandamientos.
Leyendo otra línea que dice: “La verdad no se halla en un polo u otro, sino en algún sitio entre ambos”, creci y llegue a la pubertad, enfrentándome a conflictos emocionales ychoques en mis pensamientos que me decían, no creas todo lo que se te dice. Por lo que en algún momento de esos años escuche a un amigo decir: “¿Yo no se porque me bautizaron? Yo no lo pedí. Y abogaba ensu postura el hecho de que los padres lo hacían por tradición y sin consultarnos.
“Tus actos te definen y el ser como eres es algo que eres y no algo que haces” dice Hitchens y me opoyé mucho en ellopara seguir con mi siguiente cuestionamiento ¿Comó debo actuar y que debo de creer?
La realidad es que a mis escasos 26 años sigo con disputas internas sobre la religión, opino de ella en cuanto ainstitución y considero que es el fraude más grande de la historia, mejor montado y mejor publicitado. Creo en alguien supremo, mas no en alguien que veo en una cruz o en un cuadro, con barba y de...
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