Dimension etico politica de la praxis docente



















Dimensión ético-política de la Praxis Docente






INTRODUCCIÓN
A partir de este informe vamos a dar cuenta de nuestras experiencias de residencia relacionándola con la bibliografía propuesta de la materia. En este primer período trabajamos en articulación con alumnas de 4to año del Profesorado de Especial.
Las experiencias dentro de las aulas que nos tocaron vivir durantenuestras prácticas fueron muy desafiantes, si bien los grupos no eran numerosos, eran bien heterogéneos: niños, niñas, acompañantes terapéuticos, familiares, docentes integradoras, docentes de grado, residentes y profesores del instituto formador. Y en esa interacción: la planificación, el conocimiento, la enseñanza y el aprendizaje, las estrategias didácticas, la ansiedad, la angustia, ladispersión, los berrinches y mucho más.
Una institución abierta a la integración; docentes no muy conformes con la integración; residentes pensando, aprendiendo y debatiendo sobre la integración; familias buscando una escuela donde integren a sus niños; niños y niñas integrándose en escuelas comunes… niños y niñas cautivos de esta realidad que los excede pero los atraviesa de lleno, que los interpela,que los vulnerabiliza, que los etiqueta bajo la bandera de sus propios derechos… una paradoja.
























FUNDAMENTACIÓN
Nos pareció pertinente comenzar el recorrido de este análisis con la pregunta ¿Quiénes hacen las escuelas? Que el significado y el valor educativo de las escuelas dependen de lo que los docentes ponen en juego. ¿Qué ponían en juego las maestras de las escuelas denuestra residencia? En algunos casos nos dio la impresión de que resignación. Fue habitual escuchar circular discursos como: con estos chicos no se puede trabajar tal cosa, son de cuarto pero hay que planificar como si fuesen de tercero, no pueden producir solos, no escriben, etc. Y entre estas aclaraciones aparecían “los integrados”: está en otra galaxia; ya me aguanté sus berrinches el año pasado,este año llamo a la madre y listo; tendría que estar integrada pero el padre no lo reconoce; yo no estudié para trabajar con estos chicos; a mi nadie me preguntó; parece la escuela 516. La autora Silvia Blechmar sostiene “El malestar sobrante está dado, básicamente, por el hecho de que la profunda mutación histórica sufrida en los últimos años deja a cada sujeto despojado de un proyectotrascendente que posibilite, de algún modo, avizorar modos de disminución del malestar reinante. Porque lo que lleva a los hombres a soportar la prima de malestar que cada época impone, es la garantía futura de que algún día cesará ese malestar, y en razón de ello la felicidad será alcanzada. Es la esperanza de remediar los males presentes, la ilusión de una vida plena cuyo borde movible se correconstantemente, lo que posibilita que el camino a recorrer encuentra un modo de justificar su recorrido” creemos pertinente citar a dicha autora porque lo relacionamos con estas maestras que se niegan a los cambios, a lo nuevo.

Entonces comenzamos a cuestionarnos el tema puntual de la integración. La adaptación curricular no era un tema preocupante como si lo era, o por lo menos desafiante, el altonivel de heterogeneidad de los grupos. Grupos en el que casi había que dar clases de modo particular, con cada uno. Eso nos tocó a nosotros: residentes. A pesar de la foto que acabamos de describir, intentamos recrear la escuela desde nuestras planificaciones, desplegando una serie de estrategias a modo de prueba, sorteando todos los pronósticos, diagnósticos, aclaraciones y recomendaciones.Apostamos, en nuestras planificaciones, atender a “las infancias” otorgándole a cada uno de los niños y niñas “estatuto de sujetos”. Sujetos de derecho, al igual que nosotros. Trabajamos con material concreto, con salidas de campo, con experimentaciones, etc. Y los chicos quedaban fascinados. Hasta los que supuestamente no iban a poder escribir solos terminaron realizando producciones espectaculares....