Dios Habita En La Ciudad
Aportes de Aparecida para una nueva Pastoral Urbana
en América Latina y el Caribe
Jorge R. Seibold S.J.
No cabe duda de que la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que acaba de finalizar a fines de mayo último, ha sido a juzgar por la opinión de la mayoría de sus participantes y observadores un verdadero acontecimiento eclesialfruto del Espíritu[1]. Toca ahora a las Iglesias locales de toda esta extensa región del Pueblo de Dios que es Latinoamérica y el Caribe tratar de extraer de ello las mejores consecuencias.
No se trata para ello de empeñarse en llevar a la práctica lo dicho o lo recomendado en el Documento final de Aparecida, como si él fuera un catálogo o una agenda de cosas a emprender. Esa actitud seríadesconocer el verdadero mensaje que hoy nos comunica Aparecida. Aunque parezca mentira Aparecida enseña más por el “tono”, que por el “contenido”, que en algunas de sus partes no deja de ser rico y substancioso. Un “tono” de fraternidad en las diferencias, que privilegia más el diálogo y el encuentro, que la ruptura y la división. Un “tono” que invita a reconocer la vida del Espíritu que animó no solo alos participantes de Aparecida que sesionaban en el subsuelo de la Basílica, sino también al pueblo fiel, que hacía resonar su plegaria en el Templo, acompañados por la “madre” de Aparecida, que fue “madre” de todos.
Este Congreso Internacional de Pastoral Urbana, que tiene por título “Dios habita en la Ciudad”, tuvo ya por ello en Aparecida su primera manifestación. En verdad Dios “habitó” enesos días en Aparecida y lo hizo con mucho signos y señales, como un nuevo Pentecostés, como para hacernos comprender a todos que Dios también “habita en nuestras Ciudades” de América Latina y del Caribe. Afirmados en esta evidencia de fe quizás podamos ahora con el fervor del Espíritu vivir como discípulos y anunciar como misioneros esta “Buena Noticia” de Jesús a todos nuestrosconciudadanos, para que “nuestros Pueblos en Él tengan Vida”, tal como lo dice el Lema de la Conferencia.
El “Documento conclusivo de Aparecida” (DA)[2] da a la Pastoral Urbana, como luego veremos en su detalle, un tratamiento que puede decirse privilegiado en relación a otros temas. Hasta tal punto que muchos pastoralistas urbanos de América Latina y el Caribe se vieron gratamente sorprendidos cuando seencontraron con esos textos. A decir verdad el “Documento de Síntesis”(DS)[3], previo a Aparecida dejaba mucho que desear en cuanto a la “Pastoral Urbana”.
El documento “Síntesis” tenía fundamentalmente dos menciones al tema. Una se hallaba en la primera parte del documento dedicada al “ver” (DS 68). Es un breve diagnóstico sobre la problemática que hoy enfrentan las grandes ciudades enAmérica Latina y el Caribe. Es una síntesis muy bien hecha, donde se contiene justamente la expresión que preside este Congreso “Dios habita en la ciudad” (DS 68 inicio). Pero la segunda mención del tema que se halla en la tercera parte del Documento dedicada al “obrar” (DS 343) era realmente muy pobre al lado de toda la problemática que en apretada síntesis había insinuado el nº 68. E inclusomucho más pobre que lo dicho quince años atrás por la IV Conferencia de Santo Domingo al referirse a la Pastoral Urbana (cfr. Documento de Santo Domingo, nn. 255-262). Gracias a Dios el Documento final de Aparecida suple con creces esas deficiencias del Documento de Síntesis y nos aporta un rico material que vamos a analizar en el contexto de esta conferencia.
Para ello nos ha parecido biendividir esta conferencia en tres momentos donde trataremos diversos aportes de Aparecida. En el primero trataremos de visualizar en una perspectiva más teológica y espiritual el Misterio de Dios que habita en la Ciudad. En el segundo momento veremos la compleja trama cultural y social con la que se entretejen y se conforman nuestras actuales ciudades latinoamericanas y caribeñas. Finalmente en el...
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