Dios vive y nos ama

Lucas estaba aburrido; se paseó por la casa para encontrar a alguien que jugara con él. Su hermano, Ben, estaba jugando en la computadora; su hermana, Sophie,estaba mandando mensajes de texto a su amiga; la mamá estaba revisando el correo y el papá estaba leyendo.“Esto está muy aburrido”, dijo Lucas.El papá levantó lavista del libro. “¿Qué quieres decir?”.“No hacemos nada juntos”, dijo Lucas. “Cada uno está haciendo lo que quiere”.El papá cerró el libro. “Tienes razón”, dijoél. “Voy a reunir a la familia y haremos algo divertido”.Lucas sonrió. “¡Genial!”.Unos minutos más tarde, la familia de Lucas se sentó junta, preguntándose quéhacer. Sophie quería mandar mensajes de texto a su amiga y Ben quería seguir jugando con su videojuego.“A mi amigo Paul le gusta dar paseos con su familia”, dijoLucas. “Y a la familia de Alexander le gusta practicar deportes”.Pero Sophie no quería salir por el calor, y Ben no podía jugar deportes porque se había dañado eltobillo.“Ésas son cosas divertidas para tus amigos, Lucas”, dijo la mamá, “¿pero qué le gusta hacer a nuestra familia?”.Ben dijo que le gustaba jugar juegos demesa; Sophie dijo que le gustaba leer y Lucas dijo que le gustaba jugar con autos de carreras.“Vamos a escoger una de esas cosas para hacerla ahora mismo”, dijoel papá. “¿Por qué no jugamos un juego de mesa primero?”.Al poco rato todos se hallaban reunidos alrededor del juego y comenzaron a jugar. Después de un tiempo,Sophie dejó el teléfono de lado, Ben dejó de mirar la computadora, y para cuando terminó el juego, todos sonreían, pero la sonrisa de Lucas era la más grande.