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Conviértete y cree en el Evangelio
Al comenzar la Cuaresma, la Iglesia nos propone una insólita ceremonia que, por lo inusual y significativa, podría incluso hacernos reír o hacer memoria de costumbres medievales ya obsoletas… y hasta de mal gusto: el rito de la ceniza. ¡Ceniza en una cultura, como la actual, que busca con obsesión lo fragante, lo sano, lo vigoroso, lo subyugantementebello, lo superficial “Ceniza” e q u i v a le a “caduco”, “transitorio”, “precario”, ”fúnebre”. Comenzamos, pues, con un peligro evidente y palmario de equivocarnos en la pedagogía cuaresmal a la que se nos pretende enrolar. ¿Hablar hoy, descarada y abiertamente, de “lo último”, esto es, del final inevitable de todos y cada uno de los mortales que poblamos hoy este planeta? Decididamente,para muchos, esto es una soberana estupidez, un enorme error. Sin embargo, aunque algunos -o las multitudes- eviten este tema en su esquema de pensar y vivir, no es, precisamente, lo que la Iglesia busca en su prédica y liturgia. La ceniza es el “humus” fecundo de donde debe nacer el “hombre nuevo” -frase ya más que manoseada por ideologías enfermizas en la actualidad- que Dios espera de cadauno de sus hijos, empezando por mi y por ti. Sin la tierra fértil no se da el grano que da la vida, por lo que hay que quemar -hacer cenizas- muchos presupuestos que hacen estéril el terreno vital individual donde se crece y se fructifica como persona y como cristiano. Cuaresma es el tiempo propicio para hacer próvida nuestra existencia. Al momento de imponérsenos la ceniza se nos hace unainvitación perentoria que es, a la vez, camino y praxis. Con palabras del mismo Jesús (Mc 1,15) la Iglesia nos presenta un proceso que termina en el gozo de la Buena Noticia de la Salvación: “Conviértete y cree en el Evangelio”. Convertirse quiere decir abrir los ojos a nuestra realidad de estar lejos de Dios, de nuestra pobreza radical humana -mucho más profunda que la carencia de tales o cualesbienes. Materiales-, de nuestro sentido de vivir. Porque… vivir -como individuos y tener, ineluctablemente, que morir… es de por sí una miseria total.
Profetas Menores
Oseas
Joel
Amós
Abdías
Jonás
Miqueas
Nahúm
Habacuc
Sofonías
Ageo
Zacarías
Malaquías
Los doce profetas “menores” no llevan este calificativo porque su mensaje sea de menor importancia, sino porque sus escritos sonmenos extensos que los de los profetas “mayores. En contraste con el emocionante bosquejo profético de Zacarías respecto a las posibilidades ilimitadas que se brindaban a los Judíos a su regreso del exilio (ver pp. 31-34, 1107), la profecía de Malaquías, un siglo más tarde, presenta una escena lúgubre de decadencia espiritual progresiva. Los exiliados habían regresado de la tierra de su cautiverio ala tierra de promisión, pero en su corazón permanecían en el lejano país de la desobediencia y el olvido de Dios.
Profetas Mayores
Isaías
Jeremías
Lamentaciones
Baruc
Ezequiel
Daniel
En la Biblia también los profetas son llamados como: guardianes del pueblo, centinelas de Yavhé. Son hombres de fuerte personalidad y espiritualidad, intermediarios, siervos de Yavhé. Son hombres que, bajo elimpulso de Dios, comprenden lo que está sucediendo y transmiten al pueblo un continuo llamado a la conversión, y su misión es discernir la voluntad de Dios sobre el presente del pueblo, para proyectarlo a un futuro de esperanza y de salvación. 
Como Jesús llamo a los profetas
Jesús conoció a algunos de los que más tarde serían sus discípulos en Judea, cuando él mismo formaba parte del grupocongregado en torno a Juan Bautista. En un momento posterior, que resulta difícil determinar, vivió una profunda experiencia religiosa que le hizo descubrirse a sí mismo y su misión desde una nueva relación con Dios (bautismo, tentaciones). Desde esta nueva conciencia sobre sí y sobre el proyecto de Dios comenzó su ministerio público. Al comenzar dicho ministerio llamó a algunos de los antiguos...