Dios

1. Introducción
La pregunta moral sobre el obrar humano es siempre la pregunta por un sujeto agente. Cuando el hombre se plantea cómo debe actuar para ser bueno u obrar bien, está siempre presuponiendo una realidad subyacente, que es la persona que actúa: bien el propio yo, bien el de otros.
Para esto hay que tener claro desde el principio cómo se entiende el sujeto que actúa: es necesarioconocer quién obra. Ese quién es el sujeto moral: la persona humana; actúan las personas, no las naturalezas. Por tanto, hay que partir de una descripción lo más profunda y acertada posible no sólo de qué es el hombre, o ser cristiano, sino de quién es el sujeto que actúa, es decir, qué significa para el obrar ser cristiano, —que significa actuar como persona humana—.
La persona percibe como bueno loque perfecciona su naturaleza, y como bueno obrar, el modo de actuar genuino del hombre como tal, es decir, acorde a su naturaleza. Sin embargo, con el paso del tiempo el concepto naturaleza ha sufrido modificaciones, por lo que se hace preciso volver a explicar este concepto, o al menos en sus aspectos más fundamentales.
Por ello, que actualmente se toma como categoría de referencia, el enámbito de la reflexión moral, «la persona humana»: el hombre, el ser de naturaleza humana, existe como persona. Esta categoría tiene una serie de ventajas:
i. Puede soslayar las dificultades intrínsecas a las interpretaciones recientes de la noción de naturaleza.
ii. Evoca de modo inmediato la rica y singularisima realidad del hombre como sujeto moral, del yo que actúa moralmente en su entorno deespacio y tiempo, y adquieren una luminosa perspectiva las nociones de ley y conciencia, entre otras.
iii. Facilita integrar las diversas dimensiones de la naturaleza humana en un todo único que es sujeto de la acción. De este modo se comprenden mejor nociones como apetitos, virtudes y pecado.
Además, en nuestro momento cultural, la noción de «persona» es más cercana a la que nos ofrece laRevelación divina cuando nos presenta cuando nos presenta al hombre, tanto en la creación como en la recreación. Para Dios el hombre es un quién y no un qué.
A continuación se trata de describir con breves trazos la vía de acceso a la noción de persona desde la percepción natural de la inteligencia del hombre; sobre todo en aquellos rasgos que, desde la ontología y la fenomenología, permiten adentrarseen la comprensión de la respuesta que la Revelación da sobre el hombre y el sentido último de su vida.
Es muy importante intentar entender las razones que «explican» la grandeza de la dignidad de la persona, pues es decisiva para valorar las conductas, negativas y positivas, en relación con las actuaciones concretas, en los diferentes ámbitos de acción de la persona.

Teniendo en cuenta tantola gran tradición de pensamiento clásico como las corrientes más acrisoladas del pensamiento reciente, podemos hablar de dos grandes perspectivas:

2. Óntico
Se acerca a la noción de persona desde su mismo ser, desde su naturaleza.
La ontología nos da acceso a la naturaleza misma de la persona, a lo que en la persona es fuente o principio de sus operaciones.
i. Naturaleza corpóreo –espiritual:
Es un dato de experiencia que el hombre es capaz de realizar operaciones cuya naturaleza exige un principio no material (reflexionar, amar…), a ese principio, tradicionalmente se le ha llamado «alma», lo que constituye al hombre como tal es un principio espiritual.
Definición de alma. «Alma»: principio espiritual gracias al cual el hombre es capaz de trascender las realidades sensibles,realizar operaciones no materiales, ser dueño de sí mismo…
El cuerpo es «humano». Por este principio espiritual, el cuerpo humano es tal, es decir, humano, y no una simple materia organizada. Y, al mismo tiempo, la actividad del espíritu es posible y se manifiesta a través del cuerpo. De ahí que se afir-me que el hombre es corporal y espiritual, al mismo tiempo.
El hecho de que el cuerpo el...