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Capitulo I. Introducción
Actualmente, los niños que vagan por las calles de nuestra ciudad, confrontan a los profesionales de la educación con una serie de cuestionamientos que no sólo llevan a preguntarse sobre el orden social en que están inmersos sino que surgen dilemas de orden ético que conciernen directamente a la ciudadanía en general. Esto lleva a considerar que si por un lado se deseasalvarlos, por el otro se les teme, se los señala y condena. De cualquier manera, lo que es imposible es pasar por alto que ellos existen y que, en la medida que no desarrollemos las políticas y estrategias pertinentes,serán muchos más. Posiblemente estos sean un recordatorio embarazoso, unaseñal clara de las dificultades que sobrellevamos (Forselledo, 2001).
En el tema concerniente a lapoblación infantil en situación de calle, que comúnmente se conoce como: niños de la calle, invariablemente se tiene que remitir al contexto global inmediato, en América Latinase estima que existen alrededor de 40 millones de niños y niñas se encuentran en esteescenario, el cual es un sector poblacional demasiado nutrido en comparación a otros sectores del orbe, posiblemente atribuido a otros fenómenos queson causales de que los menores salgande un ámbito idóneo para su desarrollo a incorporarse a una vida de explotación laboral, indigencia, drogadicción, etc.(Hussein, 2005)
Según las referencias de la Unicef, en casi todos los programas existentes aparece un fenómeno constante en el trabajo educativo que se convierte en un factor importante por parte de la sociedad en general y es la negación dela responsabilidadque le incumbe por la creación de un entorno que mitigue las dificultades de los niñosen situación de calle, así como de la función que podría desempeñar en el desarrollo de respuestas útiles (Corona, 2000).
Actualmente, México afrontauna seria problemáticarespecto de su población infantil: insalubridad, desnutrición, pobreza, subempleo,adicciones, maltrato o explotación sexualconforman una gran parte de la infancia en nuestro país.Sin embargo, el mundo infantil comparte una constante: la idea de que los niños no son sujetos de derecho. Los esfuerzos del Estado en destinar recursos y con ello abrir espacios educativos, lúdicosy de protección para los infantes son meramente representativos, sabemos que los derechos humanos de muchos niñosy niñas son constantementeviolados.
Por otro lado, es común que las formas de significar al infante se remiten a ideas como ternura yprotección, pero al mismo tiempo se acompañan de las imágenes decontrol, coerción o corrección. Bajo la idea de que los niños todavía noentienden, de que olvidan fácilmente, inventan historias o no puedendefenderse, muchos de sus derechos son constantemente violados porpadres, maestros u otrosadultos.Un sector importante de nuestra población infantil carece de los derechos fundamentales, atentando de forma reiterada a su dignidad ylugar como sujetos, es este fenómeno de callejerizaciónque condensa y sintetizalas problemáticas diversas que aquejan a la infancia más desprotegida, por consiguiente su estudio resultarepresentativo de las formas generales que adquieren la infancia ensituación de calle (INEE, 2006).
Por otro lado, en la cuidad de Puebla, concretamente en el DIF municipal, se esbozaron programas de intervención educativa en el año 2008, otorgando becas para que los niños se incorporaran a la escuela formal, además de promover actividades laborales para sus padres, sin embargo, a pesar de anunciarse como programa permanente, este solo quedo en intentoescueto detrabajo a favor de este sector.
El Instituto Poblano de Readaptación, A.C. señala que:
Si en realidad no se detecta un gran número de pequeños ya sea pidiendo limosna, limpiando vidrios, u actividades de malabarista o payasos, es porque han variado las condiciones. Fue entonces que ejemplificó que si en específico no se ven niñas de la calle, es porque las redes de prostitución las absorben...