Discernimiento
Páginas: 11 (2683 palabras)
Publicado: 6 de febrero de 2013
DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS: UNA RESPUESTA
A LA CRISIS ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO
William A. Barry, S.J.
Es claro, para cualquiera con inteligencia, que nuestro mundo está en crisis y que esta crisis es de carácter moral y espiritual. ¿En qué consiste esta crisis y cómo enfrentarla?
En una notable y profética serie de conferencias difundidas por la BBC, entre 1930 y 1932,John McMurray diagnosticó el problema como una pérdida de fe. Cuando se pierde la fe, argumentaba, “perdemos la fuerza para actuar, perdemos la capacidad de elegir, perdemos nuestra percepción de la realidad y con esto, perdemos la sanidad”.[i] Por fe él entendía no el consentimiento intelectual a unas verdades, sino un compromiso de corazón hacia los valores trascendentales y hacia las intencionesde Dios respecto al mundo. Aparentemente Pablo también utilizó el término “fe” en el mismo sentido. Fitzmyer subraya que para Pablo “la fe no es un mero asentir intelectual a la proposición de que ‘Jesús es el Señor’, es un compromiso vital personal, que compromete a toda la persona a Cristo en todas sus relaciones con Dios, con otros seres humanos y con el mundo”.[ii] Mc. McMurray diría que lasemociones, los sentimientos, los corazones de los hombres y mujeres modernos no están centrados en el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Consecuentemente, nuestros corazones no están centrados en el mundo real que Dios está creando continuamente y nos enfrentamos así a una profunda crisis de fe.
McMurray sostiene que, a partir de la disolución del mundo medieval, los occidentales hanfavorecido el desarrollo de su mente en libertad. El resultado ha sido un increíble desarrollo del conocimiento como lo manifiestan la ciencia y la tecnología modernas. Sin embargo, él cree que:
No se ha dado un desarrollo emocional correlativo. Y el resultado es que los occidentales somos intelectualmente civilizados y emocionalmente primitivos, y que hemos llegado al punto enel que el desarrollo del conocimiento amenaza con destruirnos. El conocimiento es un poder, pero la emoción es el poder o la capacidad de gobernar y controlar nuestros valores y los fines y maneras con que utilizamos este poder. Emocionalmente somos primitivos, infantiles, subdesarrollados. Tenemos los gustos, los apetitos, los intereses y las aprehensiones de los niños. Colectivamente tenemosen nuestras manos un amplio conjunto de fuerzas –un gran poder-, frutos de nuestro desarrollo intelectual. Hemos utilizado estas fuerzas para construir una complicada maquinaria vital, todo en servicio de nuestros deseos infantiles. Y hoy estamos despertando a la realidad de que no podemos controlar esta maquinaria; que ni siquiera sabemos qué queremos hacer con todo esto. Y empezamos a temer a laobra de nuestras manos. Este es el dilema moderno.”[iii]
McMurray señala que los occidentales hemos permitido a nuestras mentes la libertad para buscar la verdad en cualquier lugar, pero que no hemos concedido a nuestras emociones, a nuestra vida afectiva, la misma libertad. Más aún, hemos tendido a desconfiar y desperdiciar nuestra vida emocional. La mente es racional, las emocionesirracionales, es lo que hemos creído. Como consecuencia de esta desconfianza y del subdesarrollo de nuestra vida afectiva, los occidentales no hemos internalizado los valores de Dios. Así, a los ojos de McMurray, los occidentales hemos perdido la fe. En 1930, McMurray podía entrever apenas los horrores a que lleva el confiar en la “racionalidad” de nuestra mente y la obediencia a la autoridad.Actualmente sabemos que Gulag, los campos de concentración, la “solución final” del holocausto, las bombas atómicas y de hidrógeno... Todos esos “triunfos” del intelecto dejan sin rienda a la vida emocional. Las emociones no son los únicos aspectos de la naturaleza humana que pueden ser irracionales. Estos horrores de nuestro mundo moderno fueron producto de la mente de seres humanos de emociones,...
A LA CRISIS ESPIRITUAL DE NUESTRO TIEMPO
William A. Barry, S.J.
Es claro, para cualquiera con inteligencia, que nuestro mundo está en crisis y que esta crisis es de carácter moral y espiritual. ¿En qué consiste esta crisis y cómo enfrentarla?
En una notable y profética serie de conferencias difundidas por la BBC, entre 1930 y 1932,John McMurray diagnosticó el problema como una pérdida de fe. Cuando se pierde la fe, argumentaba, “perdemos la fuerza para actuar, perdemos la capacidad de elegir, perdemos nuestra percepción de la realidad y con esto, perdemos la sanidad”.[i] Por fe él entendía no el consentimiento intelectual a unas verdades, sino un compromiso de corazón hacia los valores trascendentales y hacia las intencionesde Dios respecto al mundo. Aparentemente Pablo también utilizó el término “fe” en el mismo sentido. Fitzmyer subraya que para Pablo “la fe no es un mero asentir intelectual a la proposición de que ‘Jesús es el Señor’, es un compromiso vital personal, que compromete a toda la persona a Cristo en todas sus relaciones con Dios, con otros seres humanos y con el mundo”.[ii] Mc. McMurray diría que lasemociones, los sentimientos, los corazones de los hombres y mujeres modernos no están centrados en el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Consecuentemente, nuestros corazones no están centrados en el mundo real que Dios está creando continuamente y nos enfrentamos así a una profunda crisis de fe.
McMurray sostiene que, a partir de la disolución del mundo medieval, los occidentales hanfavorecido el desarrollo de su mente en libertad. El resultado ha sido un increíble desarrollo del conocimiento como lo manifiestan la ciencia y la tecnología modernas. Sin embargo, él cree que:
No se ha dado un desarrollo emocional correlativo. Y el resultado es que los occidentales somos intelectualmente civilizados y emocionalmente primitivos, y que hemos llegado al punto enel que el desarrollo del conocimiento amenaza con destruirnos. El conocimiento es un poder, pero la emoción es el poder o la capacidad de gobernar y controlar nuestros valores y los fines y maneras con que utilizamos este poder. Emocionalmente somos primitivos, infantiles, subdesarrollados. Tenemos los gustos, los apetitos, los intereses y las aprehensiones de los niños. Colectivamente tenemosen nuestras manos un amplio conjunto de fuerzas –un gran poder-, frutos de nuestro desarrollo intelectual. Hemos utilizado estas fuerzas para construir una complicada maquinaria vital, todo en servicio de nuestros deseos infantiles. Y hoy estamos despertando a la realidad de que no podemos controlar esta maquinaria; que ni siquiera sabemos qué queremos hacer con todo esto. Y empezamos a temer a laobra de nuestras manos. Este es el dilema moderno.”[iii]
McMurray señala que los occidentales hemos permitido a nuestras mentes la libertad para buscar la verdad en cualquier lugar, pero que no hemos concedido a nuestras emociones, a nuestra vida afectiva, la misma libertad. Más aún, hemos tendido a desconfiar y desperdiciar nuestra vida emocional. La mente es racional, las emocionesirracionales, es lo que hemos creído. Como consecuencia de esta desconfianza y del subdesarrollo de nuestra vida afectiva, los occidentales no hemos internalizado los valores de Dios. Así, a los ojos de McMurray, los occidentales hemos perdido la fe. En 1930, McMurray podía entrever apenas los horrores a que lleva el confiar en la “racionalidad” de nuestra mente y la obediencia a la autoridad.Actualmente sabemos que Gulag, los campos de concentración, la “solución final” del holocausto, las bombas atómicas y de hidrógeno... Todos esos “triunfos” del intelecto dejan sin rienda a la vida emocional. Las emociones no son los únicos aspectos de la naturaleza humana que pueden ser irracionales. Estos horrores de nuestro mundo moderno fueron producto de la mente de seres humanos de emociones,...
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