DISCURSO ABT

NOTAS PARA EL XVIII CONGRESO NACIONAL
Angel Buendía Tirado
Presidente del Colegio Nacional de Economistas
Es para los economistas agremiados en el Colegio un honor celebrar nuestro congreso en este espacio pleno de dignidad republicana, de densidad histórica.
Creemos en el valor y en el poder de los símbolos. Somos devoradores de símbolos. Nuestra vida está llena de ellos. Y éste Teatro es unhermoso y significativo símbolo de México.
Por ello, antes que nada, expreso nuestro agradecimiento muy afectuoso a un político moderno, cuyo mandato inicia bajo el mejor de los auspicios. Nuestro amigo el Gobernador de Querétaro José Calzada Rovirosa.
Gracias Sr. Gobernador por su hospitalidad, es un gusto disfrutar de la amabilidad de los queretanos y un gran estímulo su apoyo para nuestraorganización para celebrar aquí nuestro XVIII Congreso Nacional.
Saludo también con el mayor reconocimiento y agradecemos cariñosamente su presencia a nuestra colega, la Sra. Gobernadora de Zacatecas Amalia García. Muchas gracias por acompañarnos.
Un saludo muy cordial a nuestros compañeros presidentes de los Colegios Estatales, integrantes del Consejo Nacional, legisladores federales y municipales ya cada uno de ustedes por su presencia que valoramos de especial manera.
Hace algunos días, el 16 de febrero, murió Don Guillermo Martínez Domínguez, Ex-presidente de nuestro Colegio, brillante economista muy querido en nuestro gremio. Quiero proponerles un minuto de silencio para honrar su memoria.
Muchos creemos que el gran problema del mundo se llama economía. La depredación del planeta, elcalentamiento global, la precarización laboral, las nuevas esclavitudes, la pobreza, las hambrunas, las guerras; todo ello, pasa en gran medida por las exigencias, circunstancias y posibilidades que la economía define.
El planeta entero vive la crisis más severa de la postmodernidad. La inmensa mayoría de los estados nacionales se enfrentan a problemas que rebasan sus fronteras y sus capacidades.Es quizá el saldo negativo más grave del sueño común de ser globales, que el invierno ideológico neoliberal nos prometió.
Ser globales se convirtió en una promesa de prosperidad. Ser globales era la oferta política, el camino y el destino. Ser globales era la receta para acabar con la desigualdad, con la pobreza.
Sin embargo y al revés de lo que muchos piensan, la mundialización no ha sido niserá jamás un proceso de homogenización, sino la extensión de la influencia e imposición de los intereses de un pequeño grupo de naciones dominantes y poderes fácticos, sobre el conjunto de los mercados en las distintas naciones del orbe.

El discurso neoliberal profundizó una concepción de la economía eliminando la dimensión humana, anuló la valoración ética. Ignora todo aquello que no escalculable ni medible. Ignora que la habilidad de juzgar es mucho más elevada que la habilidad de contar.
Concebido únicamente en términos cuantitativos, ignora lo cualitativo: las cualidades de la existencia, de la solidaridad, del medio ambiente, la calidad de la vida, las riquezas humanas no calculables y no monetizables; ignora, como dice Morín, el don, la magnanimidad, el honor, la conciencia.
Yhoy, incrustados en las burocracias cupulares y asociados con los poderes fácticos de las oligarquías, los acólitos de este modelo antihumano mantienen a México en la compleja y riesgosa situación que hoy enfrentamos.
Son expertos en escapismo y negación de la realidad que vivimos. Colonizan el futuro con la incapacidad presente de resolver las angustias de los mexicanos.
Estamos viviendo elcolapso de un modelo diseñado para preservar privilegios cuya discurso y propuesta puede resumirse en algo así como: ustedes nos dan sus relojes y nosotros les damos la hora.
El Estado se ha enfrentado a la disyuntiva de elegir entre la confianza de los mercados o la confianza del pueblo y no han querido o no han podido percatarse de que cualquier política que obsesivamente apunte a conservar...