Discurso de Arturo Alessandri Palma (20 marzo 1925)
20 de marzo de 1925
1
Señores conciudadanos y amigos míos:
Realmente, me siento pesaroso de no poder hablar como yo lo deseara,
pues son tan fuertes los latidos de mi corazón, que apagan el eco de mi
voz.
¿Qué queréis que os diga, mis conciudadanos, ante esta manifestación
de cariño y de afecto, después de un viaje continuado en medio de
aclamaciones y vítoresde un pueblo que mitigan mis dolores, que
tienden un manto de olvido sobre el pasado, y que hacen concebir en el
alma esperanzas de redención, de una patria grande y nueva, redimida
por su esfuerzo y sus virtudes?
He sentido la amargura del destierro. Vagué por el mundo y en mi exilio,
momento a momento, sentía que más y más tierras me separaban de
mi patria, pero, a medida que los países ylos mares me alejaban de
este suelo, sentía también que la fuerza intensa de mis afectos por mi
pueblo se agigantaba como una mole inmensa que hacía desaparecer las
distancias.
En la ausencia he vivido con vosotros: he vivido en vuestros recuerdos;
vuestras penas eran las mías y vuestras alegrías las de mi alma.
Este pueblo generoso me llamó a Chile. Sin meditar en el sacrificio
inmensoque esta vuelta importa para mí, he obedecido, y aquí me
tenéis, compatriotas, dispuesto a emprender con vosotros la obra de
salvación nacional.
Nuestro régimen gubernamental se había hecho imposible día a día.
Todos los regímenes de Gobierno están basados sobre el equilibrio de
los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Entre nosotros se habían subvertido
los valores, y el Poder Ejecutivo se habíaconvertido en un esclavo de la
tiranía irresponsable y colectiva del Congreso.
Al expresar este concepto, no me refiero a personas, que en momentos
tan solemnes no cabe personalizar. Es necesario modificar nuestro
régimen de Gobierno; establecer un Ejecutivo que rija los destinos del
1
Discurso desde el balcón de la moneda, tras su regreso al país luego de seis meses de exilio.
paísbajo su responsabilidad, y un Congreso que legisle y fiscalice: pero
que no se inmiscuya en los actos de la Administración, porque esto trae
como consecuencia el trastorno y equivale a socavar por sus cimientos
las bases de la República.
Estos mismos sentimientos están en el alma del país, y se encontraron
cristalizados en el movimiento de Septiembre, movimiento que, juzgado
a la luz de loshechos, cualesquiera que hayan sido los procedimientos
que se emplearon, fue un sentimiento idealista que obedecía a los
propósitos de cambiar nuestro régimen gubernativo y conseguir un Chile
nuevo, lleno de esperanzas, altivo y audaz en marcha hacia la conquista
del progreso.
En estos momentos rindo tributo a las fuerzas armadas de la República,
por ese movimiento idealista que se confundecon las sentidas
aspiraciones del pueblo, porque ellas han querido depurar nuestro
régimen, y reconstruirlo sobre nuevas bases sólidas e inconmovibles.
El movimiento de Septiembre fue sincero. Sus manifestaciones
posteriores así lo revelan y las fuerzas armadas de la República han
puesto de relieve su patriotismo. Ellas no han querido levantar un
caudillo; cuando vieron que sus actividadeseran desviadas, se
congregaron en un solo sentimiento, y llamaron al Jefe Constitucional de
la República para que viniera a reasumir su cargo y a realizar su
programa concordante y armónico con la iniciativa del 5 de septiembre.
Se han unido, pues, todas las fuerzas vitales de este país. Concuerdan
en un ideal el pueblo, las fuerzas armadas y el Ejecutivo; es menester
volver al régimeninstitucional, que es la suprema expresión de la
democracia, por cuanto las instituciones de un pueblo son la garantía de
la libertad y del derecho, la base de la felicidad y de la vida de los
ciudadanos.
Llamado por el pueblo de Chile, en consorcio con las fuerzas armadas de
la República, vengo aquí en nombre de la democracia, con el propósito
de retornar a mi país, a la vida institucional, para...
Regístrate para leer el documento completo.