discurso de combate de angamos
Como cada 8 de octubre, los peruanos conmemoramos dos hechos quepordesignios de la historia sucedieron el mismo día. La creación de nuestra Marina de Guerra y la inmolación del Almirante Grau en Angamos en 1879. Hoy celebramos el centésimo octogésimo octavoaniversariodel primero y el centésimo trigésimo del segundo. No voy a detenerme en narrar una historia que todos conocemos y admiramos como buenos peruanos. Ni voy a pretender decir mejores frases que las queyahan sido pronunciadas y escritas por personas más preparadas que yo. Voy a aprovechar estos momentos, como Ministro de Defensa, para recordar hechos y reflexiones que quizá nos ayuden a todos aapreciarmejor cómo vivieron y cómo murieron, Miguel Grau y otros héroes nacionales y porqué y para qué lo hicieron, acciones que nos ayudan a pensar que debemos hacer por nuestro país, siguiendo elejemplo deesas figuras nacionales que supieron vivir y morir sirviendo a los demás. Porque como afirmo monseñor Roca y Boloña en la oración fúnebre, en las exequias de Grau y sus compañeros del Huáscar:“Hayredenciones temporales que Dios encomienda a algunos hombres, escogidos por su sabiduría y fortalecidos por su bondad y poder. Para que en el orden social y en el moral, esos redentores sigan,aunquelejos, las luminosas y sangrientas huellas del divino redentor, que a su se inmolan por la salvación del pueblo''. Eso, inmolarse por los demás, es lo que hacen también hoy nuestros militares tantasvecesmaltratados de palabra y de hecho: inmolarse por el pueblo, por el resto de la sociedad a la que pertenecen y a la que defienden, como Grau, con su vida. Si a Grau y a sus abnegados compañeros,hastalos marinos náufragos de Chile que se rindieron al Huáscar, les tributaron agradecimiento con el grito de viva el Perú generoso, no menos debemos hacer los peruanos con nuestros soldados de......
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