DISCURSO PABLO NERUDA

Páginas: 12 (2873 palabras) Publicado: 24 de noviembre de 2013
 Ó - o entre números.
3. La ch y la ll dejan de ser letras del alfabeto.
4. Se suprimen los nombres de algunas letras y solo se admite uno solo:
 Be para b.
 Uve para v.
 Doble uve para w.
 Ye para y (en lugar de i griega).
5. La nueva Ortografía considera que en estas palabras son “monosílabas a efectos
DISCURSO DE PABLO NERUDA AL RECIBIR EL PREMIO NOBEL (ORIGINAL)
ortográficos” yque, cualquiera sea su forma de pronunciarlas, se escriban siempre sin
tilde: guion, hui, riais, Sion, truhan y fie.
Mi discurso será una larga travesía, un viaje mío por regiones, lejanas y antípodas, no por eso menos
6. La letra k ya es a las soledades del norte. Hablo se extremo sur de mí país. Tanto y tanto
semejantes al paisaje y plenamente española, de ahí quedel elimine la q como letraque representanos
por sí sola el hasta tocar “En nuestro sistema Polo Sur, que letra q solo representa al
alejamos los chilenos fonema /k/.con nuestros límites el de escritura lanos parecemos a la geografía de
Suecia,fonema /k/ en su combinación qunevado o i (queso, quiso).Por lo que quedaría:
que roza con la cabeza el norte ante e del planeta.
 Iraq-Irak.
Por allípor aquellas extensionesde mi patria adonde me condujeron acontecimientos ya olvidados en sí
, Qatar-Catar.
mismos, hay que atravesar, tuve que atravesar los Andes buscando la frontera de mí (país) con Argentina.
 Quórum-Cuórum.
Grandes bosques cubren como un túnel las regiones inaccesibles y como nuestro camino era oculto y
vedado, aceptábamos tan sólo los signos más débiles de la orientación. No había huellas, noexistían
senderos y con mis cuatro compañeros a caballo buscábamos en ondulante cabalgata -eliminando los
obstáculos de poderosos árboles, imposibles ríos, roqueríos inmensos, desoladas nieves, adivinando mas
bien el derrotero de mi propia libertad. Los que me acompañaban conocían la orientación, la posibilidad
entre los grandes follajes, pero para saberse (mas) seguros montados en suscaballos marcaban de un
machetazo aquí y allá las cortezas de los grandes árboles dejando huellas que los guiarían en el regreso,
cuando me dejaran (solo)con mi destino. Cada uno avanzaba embargado en aquella soledad sin márgenes,
en aquel silencio verde y blanco, los árboles, las grandes enredaderas, el humus depositado por centenares
de años, los troncos semi-derribados que de pronto eran unabarrera más en nuestra marcha. Todo era a la
vez una naturaleza deslumbradora y secreta y a la vez una creciente amenaza de frío, nieve, persecución.
Todo se mezclaba: la soledad, el peligro, el silencio y la urgencia de mi misión. A veces seguíamos una
huella delgadísima, dejada quizás por contrabandistas o delincuentes comunes fugitivos, e ignorábamos si
muchos de ellos habían perecido,sorprendidos de repente por las glaciales manos del invierno, por las
tormentas tremendas de nieve que, cuando en los Andes se descargan, envuelven al viajero, lo hunden bajo
siete pisos de blancura.
A cada lado de la huella contemplé, en aquella salvaje desolación, algo como una construcción humana.
Eran trozos de ramas acumulados que habían soportado muchos inviernos, vegetal ofrenda de centenaresde viajeros, altos cúmulos de madera para recordar a los caídos, para hacer pensar en los que no pudieron
seguir y quedaron allí para siempre debajo de las nieves. También mis compañeros cortaron con sus
machetes las ramas que nos tocaban las cabezas y que descendían sobre nosotros desde la altura de las
coníferas inmensas, desde los robles cuyo último follaje palpitaba antes de las tempestadesdel invierno. Y
también yo fui dejando en cada túmulo un recuerdo, una tarjeta de madera, una rama cortada del bosque
para adornar las tumbas de uno y otro de los viajeros desconocidos.

Más lejos, ya a punto de cruzar las fronteras que me alejarían por muchos años de mi patria, llegamos de noche
aAlgo nos esperaba en medio montañas. Vimos de pronto una luz encendida que eravisión,...
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