Discurso
Conmemoramos el “Día del Veterano y de los Caídos en la guerra en Malvinas”, y recordamos el pasado, no sólo con la esperanza de que no se repetirá, sino además, con la esperanzade evitar que la propaganda del vencedor se convierta en la historia oficial del vencido.
No hay en nuestra historia reciente una jornada comparable a la del 2 de abril de 1982. No recordamos unavivencia tan cargada de emociones contradictorias y desconcertantes como las que experimentamos ese día –y los días que siguieron- los habitantes de este suelo.
De pronto, sin previo aviso, dossentimientos antagónicos, enfrentados, casi imposibles de conciliar se instalaron en el ánimo de los argentinos; de un lado el inesperado florecimiento del orgullo patriótico; del otro, la angustia desaber que estábamos entrando en una guerra tenebrosa y de incierto destino. Porque la guerra fue la consecuencia, no de la voluntad nacional de recuperar un territorio irredento, sino de un actoprofundamente doloso del gobierno militar de entonces a los que solo les interesaba hallar la forma de prolongar una dictadura que ya se desmoronaba.
No sólo para ellos la invasión de las islas fue unconflicto. También lo fue para centenares de miles de argentinos, atrapados por el dilema entre la voluntad patriótica por recuperarlas y el repudio a la dictadura, que la usaba para encubrir su derrumbe.Pero hoy no corresponde hablar de aquella dictadura nefasta que tanto mal le hizo a nuestro país, sino honrar a nuestros héroes. Jóvenes de apenas 18 o 19 años que apenas habían terminado susecundario, que estaban cumpliendo con el servicio militar obligatorio y que se encontraron repentinamente luchando cuerpo a cuerpo con soldados profesionales que los superaban ampliamente en armamento ycapacitación, en un contexto de hambre, desprotección y de frío. Contra todo eso y contra todos debieron luchar. Y lo siguen haciendo.
A veintiocho años de esa gesta, con su doloroso saldo de...
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