Discurso

EL BONO DE LA PROFESORA

Mi madre, una profesora de 81 años, naturalmente jubilada, del sistema municipal me solicita, insistentemente, que la lleve a realizar un trámite para cobrar un bono de $50.000.- que ofrece el gobierno a los profesores jubilados. Para ello, me entrega una hoja de cuaderno donde dice lo siguiente:
“Lecitone (memoria) para la memoria
Trámite de los $ 50.000
*Presentar certificado de título
* Ultima liquidación de sueldo
* Fotocopia del carnet
* Todo esto se hace en el Depto. De Educ. Municipal.”
Se trata de una hoja cualquiera no se si pertenece a mi madre o a su colega.
Como mi madre cuando se propone algo, lo cumple a la brevedad, Antes que desaparezca de la casa en busca de un microbús o de un colectivo que la lleve a las cercanías del DAEM,y posteriormente, yo tenga que salir a buscarla, no sé donde, decido acompañarla tras los $ 50.000.-
Prefiero asegurarme y voy con ella a la Dirección Provincial de Educación para saber si tal información es verdadera.
Allí, los desconocidos me miran y me miran, unos disimuladamente y otros con un gesto de simpatía. Algún conocido me saluda y me pregunta ¿su mamita? Los saludos de rigor, y auno de ellos, le pregunto sobre la materia en consulta.
Me envía a la oficina correspondiente, donde se me informa que, efectivamente hay un bono para los docentes jubilados, pero que, se debe cobrar en el DAEM.
Con mi madre de la mano. Por los 81 que debo llevar bien resguardados, para no dar con ellos en el suelo, ante el más mínimo traspiés; nos retiramos destino al DAEM.
Nos mueve lailusión. La de ella; contar con sus $ 50.000.- y la mía; verla satisfecha. Encontramos un estacionamiento cerca del DAEM., y nos dirigimos allá, a paso lento y no muy seguro, por parte de mi madre, pero con una voluntad inclaudicable por lograr el objetivo.
Subimos, casi con alegría las escaleras, que nos llevarían al preciado tesoro.
Movimiento de gente que viene y gente que va, una puerta abierta yla primera oficina, de cuatro, cinco o seis escritorios, con funcionarios concentrados en sus papeles, pero que al ingresar nosotros, vuelcan su mirada a la histórica presencia de la profesora que llevo de la mano.
Me dirijo al azar hacia cualquier escritorio y pregunto sobre el bono para los jubidados - Al fondo donde el Sr. Águila, me responden.
Avanzamos al fondo, otra oficina y de allímás al fondo, el Sr. Águila; parecía más pequeño que de costumbre. Conocido mío, de mi madre y de todos los profesores de la región que año tras año tienen que mostrarle su mejor dentadura para la renovación del contrato, porque, como se trata del sistema municipalizado, allí no rige la ley del contrato indefinido al tercer año. Bueno, esa es la ley. Pero, disculpe el Sr. lector, hay temas que meapasionan porque los llevo dentro, pero, dejémoslo para cuando me jubile, si me queda memoria, podremos conversarlos.
Se acomodó en su asiento, con un “no sé qué de indiferencia” propia de quienes llevan muchos años en el mismo sillón, sin preocuparse en lo más mínimo de ofrecer asiento a quien pudiera haber sido su abuela, la que expectante se apoyaba, podría decirse, débilmente, en mi brazo.Le pregunto:
- Sr. Águila ¿Existe un bono de $50.000.- para los profesores jubilados?
- ¿Cuándo se jubiló Ud. Sra…………
- Parece que fue el año 1992 o 93, no me acuerdo bien.
- Sra……. a Ud. no le corresponde el bono, porque ese bono lo reciben los profesores jubilados desde el año 2003 en adelante.
Como mirando las nubes o más allá, me atraviesan sus ojos interrogantes
- ¿Entonces no mecorresponde?
- No, no te corresponde, le contesto.
A través del brazo, siento que su menguada figura se reduce un poco más y mi pecho se inflama con un sentimiento de rebeldía y de mi boca brota la pregunta espontánea: ¿ y la deuda histórica?
* No…. po .. es mejor que se cree un bono de aporte a la jubilación de los profesores que están en servicio.
Corto, preciso en su información, corto y...