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“Un sendero sin destino “

Hace un par de años (no recuerdo exactamente cuántos) me dediqué a buscar universidades por todos lados, por que en algún momentode mi vida, creí que si no entraba a alguna, enseguida de terminar la preparatoria, podía quedarme sin educación profesional de por vida; posterior a ello,ingresé al Instituto Politécnico Nacional (IPN), para cursar la carrera de Administración Industrial, pero la idea de querer estudiar esa carrera, se fuedebilitando muy rápido, y al paso del tiempo, perdí totalmente el interés por ello.

Desde pequeño, siempre mostré una gran admiración hacia las Artes Escénicas(debo confesar, que desconocía realmente, que así se le nombraba a: los bailables, los concursos de disfraces, los concursos de imitación, etc.) y siempre tuveesa “inquietud”. Después de abandonar el IPN, me aferré a querer estudiar algo que satisficiese, esa necesitad de expresarme corporal y oralmente, y así fue,hice mi audición para ingresar al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), fui aceptado y me sentí la persona más afortunada, la estancia en él, ¡fue rígida ybastante estricta! Pero realmente, valió la pena tanto sacrificio.

Al egresar del INBA, me percaté, que mi visión acerca del mundo había cambiado porcompleto, y quise continuar con mi preparación, busqué opciones, aquellas que me permitieran “crear” esas maravillas que se hacen en el escenario, así que, la UAMAzcapotzalco, fue mi decisión, porque me informé y me convencí, es una escuela que prepara “grandes artistas” con una visión de lo espectacular y lo magnífico.