Disfunciones Sexuales y discordia conyugal

Disfunciones sexuales y discordia conyugal



El aislar un síntoma concreto, cuya eliminación se convierte en el objetivo del tratamiento, ha sido una práctica contraria a la corrientegeneral de la psiquiatría y de la praxis psicoanalítica. Y sin embargo, eso es lo que se hace ahora en el tratamiento breve de las disfunciones sexuales.
Hoy día hay pruebas cada vez másabundantes de que, en contra de los conceptos psicoanalíticos de la psicopatología, una disfunción sexual no tiene por qué ser de entrada un indicio de trastornos psicopatológicos profundos y graves.Análogamente, una disfunción sexual tampoco es necesariamente una manifestación de trastornos patológicos graves dentro del sistema conyugal.
La decisión de utilizar o no esta forma específicade tratamiento cuando se hallan presentes al mismo tiempo disfunciones sexuales y trastornos conyugales, o bien recurrir a un programa de terapia individual o conyugal más amplio, no es fácil paradeterminar cuándo es factible el tratar la disfunción directamente y cuándo los factores de discordia conyugal necesitan de otras alternativas terapéuticas.


Cabe definirla discordia conyugal como la presencia de luchas o la carencia de armonía entre los cónyuges. Pueden darse matices desde lo le ve a lo muy grave, desde lo crónico hasta lo episódico. Puede que lapareja se enzarce en luchas acaloradas y emplee la violencia física, o que, por el contrario, se muestren distantes y vivan existencias paralelas, sin que haya ninguna intimidad entre ellos. Lasmanifestaciones de la discordia conyugal son infinitas, pero las quejas más corrientes suelen ser sintomáticas de los aspectos inconscientes de la relación de la pareja, de sus frustraciones y decepcionesmás profundas, y no son necesariamente los factores etiológicos básicos que producen la discordia.

Greene registra la falta de comunicación, las discusiones constantes, las necesidades...