Distribuci N De Los Viajes Funerarios
humano estaba compuesto por un soporte material (cuerpo) que está ligado al ka (alma). Para
representar a un Dios o a un faraón con su ka, reproducían dos figuras idénticas cogidas de la
mano.
El espíritu tomaba la forma del cuerpo del difunto y convivía con él hasta volver a integrarse en el Universo una vez el cuerpo había desaparecido.
La muerte significaba la separación de estos elementos y, si el ser humano quería comenzar su
segunda vida, era imprescindible que el cuerpo se reuniera con el elemento espiritual que le
había animado, el ka.
El hombre egipcio desarrollaba su vida en dos momentos:
1.
Limitado en el tiempo. Vivía en la tierra.
2.Duraría toda la eternidad. Desarrollaba la vida en el Más Allá (Occidente), junto al rey Re
y Osiris.
Osiris era el dios tutelar de la vida de los muertos y los acogía a cambio de ciertos trabajos. Re
era considerado el dios de ultratumba que ofrecía a los egipcios una esperanza de vida tras la
muerte.
La vida eterna era alcanzada por el hombre que había vivido de manera justa, esto era reflejado en textos como el “Libro de los Muertos”.
Un egipcio moría cuando su energía abandonaba su cuerpo, en ese instante, era cuando el
alma se dirigía al encuentro con los dioses.
Para que la vida en el Más Allá se desarrollara de manera satisfactoria debían mantener el culto
funerario al difunto en su tumba y aportarle ofrendas alimenticias para evitar que el fallecido padeciera de hambre y de sed en el otro mundo. Los alimentos eran indispensables pues, si
faltaban, el alma tenía que ir en su búsqueda.
Ante la posibilidad de que el cuerpo momificado del difunto fuese destruido, mandaban construir
estatuas idénticas al fallecido, lo que se conoce como “cuerpos de recambio”. Estos cuerpos,
contribuyen a mantener vivo al difunto en el Más Allá. El hombre justo, que ha actuado en conformidad con Maat, diosa del orden y la justicia,
sirviendo a Dios día tras día tiene asegurado que tras su muerte su fin será el comienzo de un
proceso de glorificación que le llevará a transformarse en el espíritu akh (ser de Luz) que radiará
en lo alto del cielo. Los textos funerarios ayudarán al difunto a superar el proceso de
glorificación.
Libro de los Muertos Se convirtió en una especie de cara necesidad, enterrar a las momias con toda aquella literatura
funeraria, consistente en una serie de instrucciones y ayuda al difunto para dirigirse a la otra
vida.
En el Imperio Antiguo, sólo el faraón tenía derecho a estos hechizos e instrucciones pero, con el
tiempo, éstas evolucionaron hasta conformar lo que se conoce como Libro de los muertos.
Sólo aquel que pudiera pagarlo, tendría acceso a él. Este libro contiene acerca 190 capítulos de fórmulas mágicas y rituales, ilustradas con dibujos
para asistir al difunto en su viaje hacia la eternidad. Los sacerdotes de los principales centros de
culto como Menfis, Tebas o Hermópolis trataron de ponerlas en orden.
Textos de las Pirámides
Estas fórmulas fueron descubiertas en cámaras subterráneas de pirámides reales de faraones
del Reino Antiguo. Los textos detallan rituales que el sacerdote debía realizar mientras recitaba fórmulas mágicas.
Su finalidad era propiciar al faraón el acceso a las estrellas donde iniciaría una vida eterna.
La primera recopilación de los “Textos de las Pirámides” está inscrita en las paredes de la
cámara funeraria del faraón Unas (de la V dinastía). Estos textos representan la vida eterna de los faraones. Uno de los más inquietantes es el
“Himno Caníbal” que nos habla de un canibalismo mágico gracias al cual Unas se hace con el
poder de los dioses. Supone el reflejo de tiempos donde el canibalismo se veía como una
realidad cotidiana. Este, nos habla de la trascendencia del rey y de su papel en el Más Allá.
Textos de los Sarcófagos ...
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