Diversidad

Han surgido varias contradicciones entre lo que se entiende por diversidad cultural y la política global que debe tenerse en organizaciones como la ONU o la UNESCO. El ejemplo más notorio está en eldesarrollo de movimientos internacionales que tratan de luchar por las limitaciones de algunos rasgos muy arraigados en muchas culturas (corridas de toros, peleas de gallos, boxeo, petardos en lacalle, etc.). Este tipo de movimientos son plenamente justificables en un mundo globalizado como el actual. Pero este mundo globalizado tiende a una mayor homogeneidad cultural, no a una mayor diversidad.Por ello es que cualquier política en pro de la aceptación de culturas diferentes (llámese encuentro de culturas o de civilizaciones, políticas favorables al libre movimiento internacional de laspersonas o de inmigración abierta) resultan mal vistas en los países desarrollados por la mayoría de la población (lo que deja afuera a las minorías gobernantes o poderosas económicamente). Los ejemplossobran. Dos ejemplos recientes: la decisión del ayuntamiento de Vic de no empadronar a los ilegales y la negativa en Sevilla de permitir una mezquita en un entorno español. En el primer caso, existeuna evidente contradicción: no debe permitirse una inmigración ilegal pero al dar educación y asistencia sanitaria a dichos inmigrantes se eterniza el problema de la ilegalidad y se puede afectar a losmismos servicios educativos y sobre todo, asistenciales, a la población nacional, sobre todo a escala local (y hay que tener en cuenta que en Cataluña hay el mayor porcentaje de población inmigrantede todo el país, según varios indicadores). Puede que esto último no suceda, pero es la impresión que tiene esa población nacional que convive con los ilegales por ser de bajos recursos, cuando venmenoscabados sus derechos por la competencia de personas de otras culturas. Y en el segundo caso, la religión musulmana es muy divergente con lo que podríamos decir que es la idiosincrasia española...