Divididos, Una Noche En El Teatro Flores

Llegaba la noche del viernes. El tan deseado fin de semana venia acompañado por un intenso frío que adormecía las narices rojas de los que iban por la calle. Lo mas lógico hubiera sido quedarse encasa viendo la televisión. Dos mil personas eligieron ver a Divididos, que volvía a su escenario favorito, el Teatro Flores, para calentarse al ritmo del rock and roll. La apariencia del lugar no serelacionaba con el espíritu rockero, era un lugar elegante, con escaleras de mármol, detalles manuales en sus relieves, y su planta alta estaba iluminada por arañas de estilo clásico.
El lugar seiba llenando de a poco, los primeros que entraban se ubicaban en la valla para admirar sin obstáculos a sus ídolos. Para entretener a los ansiosos que llegaban dos horas antes del recital, proyectaronen dos pantallas gigantes “Woodstock, tres días de paz y música”. Los que llegaban mas tarde se sentaban en el campo, tomaban una cerveza, fumaban un faso, y esperaban por su querida aplanadora delrock. No faltaron los despistados que se acordaron de comprar entradas cuando ya estaban agotadas, y se acercaban a la puerta el día del recital en busca de alguna reventa.
“Escucheló, escucheló,escucheló, la aplanadora, del rock and roll, es Divididos la puta que lo parió”, exclamaba la hinchada en espera de los músicos. Con el telón aún cerrado y la gente agazapada en el campo, sonaron losprimeros acordes de la potente guitarra de Ricardo Mollo, acompañados de una grave melodía producida por el bajo de Diego Arnedo. El joven Catriel Ciavarella prefirió esperar hasta la apertura deltelón para hacer latir el bombo y castigar los platillos. El campo comenzó a vibrar y sacudir cabezas al abrirse el telón. En el escenario estaban ellos, Ricardo con su remera de Jimi Hendrix, Diego consu bajo fender que lo acompaña hace treinta y ocho años, y Catriel con su pelo largo que baila al compás de la batería. Los rostros se llenaron de lágrimas y la ovación fue interminable cuando...