Divorcio y adolescencia
por Carolina Gianella y Sara Curi *
I. Introducción
En nuestro trabajo cotidiano en mediación en divorcio, con cierta frecuencia nos encontramos con padres que demandan la participación de sus hijos en las reuniones de mediación. Las motivaciones son diversas y las edades de sus hijos también, como así también diversas sonlas situaciones de disputa entre ellos, siempre en el contexto que la crisis del divorcio configura en el ciclo vital de una familia. Hemos colaborado con parejas de padres que se han separado hace una semana, como con padres que después de diez años de divorcio, no han logrado definir la relación de co-parentalidad de una forma satisfactoria para ellos y para sus hijos.
La separación delos padres transforma completamente la vida de sus hijos. Indiscutiblemente, los chicos son parte del sistema que está buscando una nueva organización familiar, y cuando sus padres intentan tomar algunas decisiones en este sentido, están involucrando su vida cotidiana y su bienestar futuro.
Sin mapas claros sobre cómo incluirlos en la mediación –la bibliografía sobre el tema es escasa, ylos cursos de capacitación para mediadores familiares, en general, no ofrecen recursos teóricos ni habilidades específicas en este aspecto-, empezamos a buscar modos que permitieran su participación, sosteniendo desde el principio tres objetivos:
a) que la voz de los chicos pudiera ser escuchada en un proceso de toma de decisiones que afecta sus vidas;
b) que su participación ayudara apotenciar los recursos de sus padres para esta toma de decisiones,
c) y que esta participación se realizara dentro de un encuadre capaz de evitar intervenciones iatrogénicas en la familia.
Desde esta práctica -en situaciones disímiles entre sí-, la evaluación de sus efectos en el proceso de mediación de sus padres, y la revisión teórica -fundamentalmente desde la teoría del divorcioy de los efectos de éste sobre los chicos-, hemos sistematizado algunas estrategias para su participación, que son las que queremos compartir en este trabajo.
II. El caso de Paula [1]
Hace algún tiempo, surgió en una mediación que estaban llevando a cabo dos compañeras nuestras[2], el pedido de un diagnóstico psicológico de una niña de cuatro años, hija de una pareja separada queestaba trabajando sobre la modificación de un régimen de visitas. Hacía aproximadamente un año que vivían separados, y habían organizado en un principio un régimen que funcionó bien, hasta que el papá formó una nueva pareja.
Esta tarea la llevó a cabo una de nosotras como psicóloga del equipo. Era la primera experiencia en cuanto a realizar un psicodiagnóstico que había sido pedido como uncriterio objetivo para el proceso de mediación, intervención que aún hoy –al menos en nuestro medio- resulta novedosa en la práctica en Psicología, y que entendemos requiere alguna acomodación por parte del psicólogo.
No se trata de un diagnóstico en vistas a una intervención psicoterapéutica; tampoco se encuadra dentro de la tarea pericial, destinada a ofrecer información a un juez para supropio proceso de toma de decisiones. Se parece al psicodiagnóstico que el psicólogo puede ofrecer a padres u otros adultos que se están preguntando por las conductas de sus hijos o chicos a cargo, y a la vez que se vincula con todas estas tareas, podríamos reconocerle una especificidad: aportar información útil en un proceso de toma de decisiones que afecta a todo un sistema familiar, y que seplantea como necesidad ante una crisis que también involucra y desequilibra a todos, en tanto grupo y en tanto individuos. Y todo esto en el marco de la Convención Internacional de los Derechos del Niño, que define un contexto normativo que impone un nuevo paradigma sobre los lugares de participación social de los niños y los adolescentes[3].
Trabajamos en primer lugar con los padres y las...
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