Divorcio
La vida después de la ruptura
Dejar de estar con la otra persona es, invariablente una perdida que implica un proceso de duelo que nos puede dejar marcados o por el contrariocapitalizar esta experiencia en función de nuestro crecimiento personal.
Las razones para separarse o divorciarse pueden ser infinitas y cada quien, desde su posición, argumentara aquellas quedepositen la culpa en el otro y en si mismo.
La mayoría de los casos no se dan “de la noche a la mañana” sino que paulatina e insidiosamente se van acumulando cuestiones para que el vínculo entredos personas que se aman se diluya.
Algunas de las razones más frecuentes son interacción insuficiente que puede traer consigo hostilidad, dificultades para resolver problemas de diversos géneros yla infidelidad.
En menor medida están aquellos casos en los que hay una desilusión abrupta, al ocurrir descubrimientos como la existencia de un hijo fuera del matrimonio, la pérdida de un bienmaterial y cualquier otra situación que haga que una o las dos personas se sientan engañadas.
Cultural, religiosa y emocionalmente hemos crecido con la idea de necesitar a un compañero para estarcompletos. algunos especialistas señalan que el apego que dificulta terminar con una relación es la reproducción del apego básico que vivimos como bebés, en especial con la madre; esto es porque cuandonacemos somos seres indefensos y el vínculo que en esa etapa se establece con ella es absoluto Dependiendo de la forma en que se haya dado la ruptura, quien la propicia acostumbra experimentarsentimientos de culpa aunque sepa que tomó “la mejor decisión”, mientras que la otra persona enfrenta una gran carga de ira y tiene un sentimiento de traición.
Existen mitos y creencias que inclusofacilitan que dos personas se separen a partir de que se dejaron de cumplir las expectativas que los demás depositaron en la unión de esa pareja. Por ejemplo el rompimiento de un hombre y una mujer a...
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