DOÑA BARBARA

Páginas: 13 (3103 palabras) Publicado: 8 de junio de 2014
PRIMERA PARTE

¿CON QUIEN VAMOS?

Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen derecha.Dos bogas lo hacen avanzar mediante una lenta y penosa maniobra de galeotes. Insensibles al tórrido sol, los broncíneos cuerpos sudorosos, apenas cubiertos por unos mugrientos pantalones remangados a los muslos,alternativamente afincan en el limo del cauce largas palancas, cuyos cabossuperiores sujetan contra los duros cojinetes de los robustos pectorales, y encorvados por el esfuerzo, le dan impulso a la embarcación, pasándosela bajo los pies de proa a popa, con pausados pasos laboriosos, como si marcharan por ella. Y mientras uno viene en silencio, jadeantesobre su pértiga, el otro vuelve al punto de partida reanudando la charla intermitente con que entretienen la reciafaena,o entonando, tras un ruidoso respiro de alivio, alguna intencionada copla que aluda a los trabajos que pasa un bonguero,leguas y leguas de duras remontadas, a fuerza de palancas o coleándose, a tres, de las ramas de la vegetación ribereña.En la paneta gobierna el patrón, viejo baquiano de los ríos y caños de la llanura apureña, con la diestra en lahorqueta de la espadilla, atento al riesgo de laschorreras que se forman por entre los carameros que obstruyen el cauce,vigilante al aguaje que denunciare la presencia de algún caimán en acecho.A bordo van dos pasajeros. Bajo la toldilla, un joven a quien la contextura vigorosa, sin ser atlética, y las faccionesenérgicas y expresivas prestante gallardía casi altanera. Su aspecto y su indumentaria denuncian al hombre de la ciudad,cuidadoso delbuen parecer. Como si en su espíritu combatieran dos sentimientos contrarios acerca de las cosas que lorodean, a ratos la reposada altivez de su rostro se anima con una expresión de entusiasmo y le brilla la mirada vivaz enla contemplación del paisaje; pero, en seguida, frunce el entrecejo, y la boca se le contrae en un gesto de desaliento.Su compañero de viaje es uno de esos hombres inquietantes,de facciones asiáticas, que hacen pensar en algunasemilla tártara caída en América quién sabe cuándo ni cómo. Un tipo de razas inferiores, crueles y sombrías,completamente diferente del de los pobladores de la llanura. Va tendido fuera de la toldilla, sobre su cobija, y fingedormir; pero ni el patrón ni los palanqueros lo pierden de vista.Un sol cegante de mediodía llanero centellea en las aguasamarillas del Arauca y sobre los árboles que pueblan susmárgenes. Por entre las ventanas, que, a espacios, rompen la continuidad de la vegetación, divísanse, a la derecha, lascalcetas del cajón del Apure –pequeñas sabanas rodeadas de chaparrales y palmares–, y a la izquierda, los bancos del vasto cajón del Arauca –praderas tendidas hasta el horizonte–, sobre la verdura de cuyos pastos apenas negreauna queotra mancha errante de ganado. En el profundo silencio resuenan, monótonos, exasperantes ya, los pasos de los palanqueros por la cubierta del bongo. A ratos, el patrón emboca un caracol y le arranca un sonido ronco y quejumbroso que va a morir en el fondo de las mudas soledades circundantes, y entonces se alza dentro del monte ribereño ladesapacible algarabía de las chenchenas, o seescucha tras los recodos el rumor de las precipitadas zambullidas de los caimanes que dormitan al sol de las desiertas playas, dueños terribles del ancho, mudo y solitario río.Se acentúa el bochorno del mediodía; perturba los sentidos el olor a fango que exhalan las aguas calientes, cortadas por el bongo. Ya los palanqueros no cantan ni entonan coplas. Gravita sobre el espíritu la abrumadora impresióndeldesierto. –Ya estamos llegando al palo de agua –dice por fin el patrón, dirigiéndose al pasajero de la toldilla y señalando un árbol gigante–. Bajo ese palo puede usted almorzar cómodo y echar una buena siestecita.El pasajero inquietante entreabre los párpados oblicuos y murmura: –De aquí al paso del Bramador es nada lo que falta, y allí sí que hay un sesteador sabroso. –Al señor, que es quien...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Doña barbara
  • Doña Barbara
  • Doña Barbara
  • Doña Barbara
  • doña barbara
  • DOÑA BARBARA
  • Doña Barbara
  • doña barbara

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS