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Rafael Andrés Alemañ Berenguer
TERRAFORMACIÓN DE OTROS PLANETAS
A nadie se le oculta la degradación del medio ambiente que nuestro planeta ha venido sufriendo por la mano del hombre desde el comienzo de la civilización tecnológica marcado por la revolución industrial del siglo XIX. Los grupos ecologistas y conservacionistas del medio ambiente –algunasveces sin razón, la mayoría con ella- nos han advertido repetidamente de las desastrosas consecuencias que acarreará semejante actitud de no iniciarse a la mayor brevedad un drástico cambio en nuestros comportamientos colectivos. Y lo que parece absolutamente fuera de toda duda es el marcadísimo impacto que la acción técnica de la humanidad ha tenido sobre el ecosistema de nuestro planeta. Unaconsideración como esta alienta de forma natural una pregunta correlativa: si el hombre ha sido capaz de emprender una senda de destrucción ambiental con sus medios tecnológicos, ¿no podría emplearlos asimismo en recrear unas condiciones adecudas de habitabilidad en este o en otros planetas? Comienza así su andadura una de las más apasionantes ideas en los planos biológico, técnico y astronómico de lahistoria, la posibilidad de la “terraformación” de un planeta. El esfuerzo de los colonos humanos por reproducir en sus nuevos asentamientos las mejores condiciones para el normal desenvolvimiento de sus actividades y costumbres, no es algo nuevo en absoluto. Todo pionero ha tratado siempre de reconstruir en las tierras colonizadas una versión gemela de su propia civilización, con la esperanza deembarcarse en la aventura de explorar y descubrir llevando consigo la cultura que les vio nacer. Esa es la razón de que los conquistadores de América –tanto latinos como alglosajones- levantaran en sus respectivas zonas de influencia comunidades a imagen y semejanza de las que dejaban a tras en la metrópolis de origen. Los europeos edificaron en el Nuevo Mundo ciudades, carreteras, explotacionesagrícolas e industrias análogas a las del Viejo Continente. No se preocuparon de rrespetar las culturas locales ni de mantener el equilibrio medioambiental, como tampoco lo hicieron en sus lugares de procedencia. El resultado de su empeño y del predominio tecnológico de la civilización occidental es el actual estado de homogeneidad económica y cultural en casi todo el planeta. El precio a pagar hasido, obviamente, la sobreexplotción salvaje de sus recursos naturales y el peligrosísimo deterior de su ecosistema. A caballo ya entre el siglo XX y el XXI, la posibilidad de viajar a otros planetas y establecer allí colonias estables, aunque compleja y lejana, cobra gradualmente visos de verosimilitud. L pregunta ahora es, ¿podremos llevar a cabo las mismas empresas que en colonizacionesanteriores dentro de nuestro mismo planeta? Si no encontramos ecosistemas
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similares al nuestro originario, ¿seremos capaces de remedarlo en los astros que alcancemos? Así fue como la conversión científicamente planificada de un medio ambiente hostil a la vida humana en un lugar hospitalario para la misma, recibió el nombre de “terraformación”. Este proceso se debería llevar a la práctica ensucesivas etapas: en primer término, una vez concretado el planeta objetivo, sería necesario determinar cuáles de sus características resultan susceptibles de transformación y cuáles no. De ese modo podría evaluarse la conveniencia de proseguir con el plan o detenerlo si los costes demuestran prohibitivos o fuera del alcance técnico del momento. Algunas condiciones han de venir ya dadas por laspropiedades físicas del planeta en cuestión. La distancia a la estrella central de sus sistema celeste, es una característica que difícilmente podremos alterar a nuestro voluntad en un futuro cercano, e incluso a medio plazo. Sabemos que existe una cierta región del espacio en torno a una estrella, llamada “ecosfera”, en la cual la distancia es la suficiente para que pueda existir vida semejante a la...
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