Docente
CONTENIDO DE CAPÍTULO
¿Qué caracteriza a un centro inclusivo?
La atención a la diversidad en el aula
Agrupamientos específicos en los centros como medidas de atención a la
diversidad
La flexibilidad curricular
Programas complementarios de apoyo al aprendizaje
El orientador y su papel en la coordinación del plan deatención a la diversidad
Elena Martín
Facultad de Psicología. Universidad Autónoma de Madrid
Teresa Mauri
Facultad de Psicología. Universidad de Barcelona
Como se ha planteado de forma extensa en el capítulo anterior del libro, todas las personas somos diversas, peculiares, diferentes. No hay nadie igual a otro. Esta afirmación, que la psicología asume como un supuesto básico, poseeimportantes repercusiones en el ámbito de la educación en general y de la educación escolar en particular. De hecho, habitualmente la diversidad de los aprendices suscita más problemas en la educación formal que en otros contextos educativos, como la familia o las asociaciones juveniles de ocio y tiempo libre. Muchos padres, sin haber recibido instrucción expresa, saben que para ayudar a que todos sus hijoslleguen a una misma meta, tienen que hacer cosas distintas con ellos. En su forma de educarlos demuestran entender que para conseguir lo mismo con todos no pueden tratarles igual, ya que cada uno es diferente y necesita que se le ayude de manera ajustada a su específica forma de ser.
Sin embargo, en la escuela, sobre todo en determinadas etapas educativas, la diversidad del alumnado se vive amenudo como una dificultad para la enseñanza. Quienes así lo perciben no dejan de tener una cierta razón, sobre todo cuando se concibe que enseñar supone transmitir unos mismos conocimientos que todos los alumnos y las alumnas tienen que aprender mediante unas actividades que, si están bien diseñadas, serán útiles para cualquier estudiante. Cuando a la educación accedía un porcentaje reducido dela población, podía sostenerse la fantasía de que, si se planificaba para un «alumno medio», se conseguiría un razonable éxito. Hoy día, afortunadamente desde nuestro punto de vista, la enseñanza obligatoria se ha extendido abarcando a unos alumnos y alumnas cuya diversidad es tan evidente que obliga a replantearse una educación basada en una respuesta homogénea para todo el alumnado. Enseñarajustando la ayuda a la diversidad es mucho más difícil, pero es la única forma de conseguir que todos los alumnos y las alumnas aprendan lo más posible; la única vía para avanzar hacia una educación inclusiva.
El objetivo de este capítulo es analizar cómo puede organizarse un centro escolar para responder lo mejor posible a la diversidad de formas de aprender de sus alumnos y alumnas durante laeducación obligatoria. La enseñanza adaptativa, a la que ya se ha hecho mención en el capítulo anterior, supone ajustar la enseñanza a las características de todos y cada uno de ellos (Coll y Miras, 2001) y ello implica, a su vez, actuar en distintos niveles -aula, curso, centro- y en diferentes ámbitos -currículo, organización académica, estructuras de coordinación del profesorado, etc.-. A lo largodel texto se irán destacando los aspectos más relevantes de cada uno de estos planos de la respuesta educativa y se analizará también qué papel puede desempeñar el orientador en la coordinación de estas actuaciones.
Para ello, el capítulo se organiza en cinco apartados. El primero aborda las características propias de un centro inclusivo. Los dos siguientes se ocupan de las medidas de atencióna la diversidad en las distintas unidades o espacios de actividad conjunta de profesores y alumnos que existen o pueden existir en los centros. Mientras el segundo apartado se centra en el espacio más habitual, el aula, el tercero aborda otros tipos de agolpamientos de profesorado y alumnado posibles para una actuación inclusiva de los centros, que contribuyen a diversificar las oportunidades...
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