DOCENTE

DETALLES
El día del juicio estuve muy distraído. Sólo dos cosas recuerdo. La primera, la palabra infame que el fiscal repetía constantemente para referirse a mí y que no llegué a comprender deltodo. Cuando se me interrogó no negué ninguno de los asesinatos. Aclaré que mi trabajo consistía precisamente en eso, en eliminar personas. También les dije que comprendía que a su vez ellos quisieraneliminarme. Eran las reglas del juego, y yo las comprendía muy bien. Aclaré, sin embargo, que me hubiera gustado morir en mi ley, no así como dispuso el juez. Luego se ordenó mi regreso a prisión.Fue allí en los pasillos del juzgado donde se acercó la niña con el girasol en la mano y me lo entregó. Tendría dos o tres años. Su madre la retiró bruscamente cuando se percató de mi presencia.Mientras se alejaban, la niña seguía diciéndome adiós con su manita. Ya en el auto, Gómez, que me había acompañado más de una vez en el proceso, me preguntó si sabía que esa era la hija del fiscal.“Infame”, repetí, sin que el otro pudiera entenderme. Decidí que pasaría el resto del día durmiendo y así lo hice.
Me despertó el canto de unos gallos. Abrí los ojos a la luz por última vez. ¿Qué sesiente?, me preguntó aquel guardia. Me limité a mover los hombros como si no me importara; el otro fue más Osado, me preguntó si alguna vez había sido feliz y les hablé de una mujer en mi pasado. Pero ensecreto decidí encontrar una respuesta sincera para cuando llegara el momento de partir. Le dije a uno de los guardias que me regalara un cigarrillo y llevé conmigo aquel girasol. Olía a miel. Cuandome introdujeron a la sala ya había gente esperando. Distinguí al fiscal. Volvieron a leer los cargos y la sentencia. Se me dijo que debía entrar a lo que parecía un baño.
Entré por mi propiavoluntad. Había una silla en el centro. Allí me sentaron, asegurándome con correas; me colocaron una especie de máscara y me dijeron que sería rápido. El mecanismo empezó a funcionar. Quise pensar en la...