Docente
Animal de pelea
Las flores comenzaron a abrirse y a perfumar el bosque, los
primeros rayos del sol se metían entre las ramas de los árboles, y en
cada nido dos o tres pajaritos revoloteaban con entusiasmo. Había
llegado el verano y era la época de los pichones. Querían salir de sus
nidos, querían cantar, querían hacer su primer vuelo.
Era una buenamañana para aprovecharla bien. Y la
aprovechaban bien.
En eso pasó el sapo.
—¡Eh, don sapo, no se olvide de su promesa! —le gritó
el tordito.
—¡Sí, sí, usted dijo que nos iba a contar una pelea! —gritaron los
horneros*, los cardenales* y un montón de pichones más.
—¡Queremos que cuente! ¡Queremos que cuente!
—¡Usted dijo que era un animal de pelea!
—¿O eran mentiras, don sapo?
—¿Mentiras? Nome enojo porque ustedes son muy jovencitos, pero
todo el monte sabe que este sapo jamás dijo una mentira.
—¡Y yo soy un buen testigo! —gritó el piojo, que llegaba en ese
momento, parado en la cabeza del ñandú*—. Don sapo nunca dijo una
mentira, y si no es cierto, que me caiga ya mismo de aquí arriba.
¡Paff!, hizo el ruido. El piojo se levantó sacudiéndose la tierra.
—¡No perdamos tiempo!—dijo rápido el sapo para disimular—.
¿Les gustaría una pelea con un tigre?
—¡Eso, eso! ¡Queremos una pelea con un tigre! —gritaron
los picaflores*, los tucanes* y mil pichones más.
—Resulta que una vez me encontré con un tigre —comenzó el
sapo—, y perdonen si me tiembla la voz, pero es recordando el miedo.
—¿Tuvo miedo, don sapo?
El autor
Lengua
Páginas 268-281
—No, m'hijo*, pienso en elmiedo del tigre.
—¿Cómo fue, don sapo?
—Yo andaba paseando en medio de un campito, cuando de repente
oigo un tremendo rugido.
—¿Cómo era el rugido? —preguntó el picaflor.
—¡Largo y tenebroso! ¡Hacía temblar la tierra!
—¡Eh, don sapo!, ¿cómo va a temblar la tierra por un rugido?
—Yo hablo de lo que sé. Sentí que se me movían las patas
temblando, y entonces me dije: aquí tiembla la tierra.—¿Y qué pasó?
—Miré para un lado y para el otro. Para un lado estaba un altísimo
árbol y para el otro estaba el tigre.
—Y usted se fue para el otro.
—No, ¿no le dije que para el otro estaba el tigre? Yo me fui para
el uno.
—¿Y qué hizo el tigre?
—Por la forma en que rugía se ve que tenía un miedo grande.
—¿Y...?
—Me fui y me subí al árbol altísimo.
—¡Eh! —dijo el loro pichón—, ¡los saposno suben
a los árboles!
—Bueno, m'hijo, ¿usted es amigo mío o amigo del tigre?
—¡Siga, don sapo! ¿Qué pasó después? ¿La historia tiene muchas
vueltas?
—Eso. Ni le cuento las vueltas. Porque el tigre se puso a dar vueltas
alrededor del árbol. Rugía y arañaba la tierra levantando pedazos. Y
daba vueltas y más vueltas.
—¿Y no se mareaba?
—No. Era pícaro ese tigre, porque después daba vueltaspara el otro
lado. Y seguía dele zarpazos* arañando la tierra y haciéndola volar por
todos lados.
—¿Y usted qué hacía?
—Lo más tranquilo. Sentado arriba del árbol calculaba la tierra que
hacía saltar el tigre.
—¿Pasó mucho tiempo?
—Tres días y tres noches. Al final me aburrí y me bajé del árbol.
—¡Se bajó, don sapo! ¿Y qué hizo?
—Salté la zanja y me fui.
—¿Zanja? ¿Qué zanja?
—La quehabía cavado el tigre de tanto dar vueltas. Honda era la
zanja, y ahí, en el fondo, seguía dando vueltas.
—¡Qué valiente es usted, don sapo! —dijo el picafl or.
—¡Qué quiere que le diga, m'hijo! —dijo el sapo mientras se iba a
los saltos—. Son cosas que pasan cuando uno es un animal de pelea.
Gustavo Roldán, Como si el ruido pudiera molestar, Bogotá, Norma, 1999.
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Páginas 268-281
Parapensar y comentar
1. El relato comienza con una descripción. ¿Qué se
describe?
2. ¿Qué personajes intervienen? ¿Representan animales
adultos o pichones? ¿Qué datos les permiten saberlo?
¿Dónde se encuentran?
3. ¿Qué significa ser un animal de pelea? ¿Qué cualidad
tiene el que recibe este calificativo?
4. ¿Cómo es el sapo? Elijan las opciones que les parezcan
adecuadas y justifi...
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