Docente

La Ley del Diezmo

Sin duda éste es el tópico más discutido y criticado por la teología: ¿por qué un Dios todopoderoso necesita la décima parte del dinero de un hombre? Bien, para responder a esapregunta es necesario en primera instancia NO GENERALIZAR las conductas de todas las sectas que dicen servir a Dios reclamando dinero: es consabido que muchas de esas sectas (todas menos una para serexactos) son falsas (no Cristianas), cuyo cometido es recaudar todo el dinero posible para el beneficio de sus falsos líderes. Pero la verdadera Iglesia Cristiana exige el pago del diezmo no parabeneficio de ella, sino de quien aporta la ofrenda. 

¿Cómo es esto posible? Bien, hemos de destacar que cuando una persona entrega la ofrenda a la Iglesia, la ofrenda es manipulada por otras personastan falibles y pecadoras como el que escribe estas líneas. Por ende, el dinero recaudado si bien debe servir a causas justas, puede ir a cualquier bolsillo de cualquier hombre, pues nadie se hallaexento de pecar. 

Así pues, cuando entregamos el diezmo, no podemos saber ni mucho menos tener la certeza del destino de ese dinero, si servirá o no para emprender causas justas o comprar banalidadesproducto del egoísmo de quien lo manipule, aún si la persona que lo hace es miembro de la verdadera Iglesia Cristiana, pues como se ha dicho anteriormente, cualquier persona puede pecar en cualquiermomento y circunstancia: nadie se halla exento del pecado. 

Entonces, ¿en qué nos aprovecha entregar a la Iglesia el diez por ciento de nuestros haberes? Sencillo: el acto en sí es un rito que permitemantener o hacer crecer la voluntad de un hombre al demostrar que puede despojarse de una parte importante de sus riquezas sin esperar algo a cambio, sólo el progreso de nuestra voluntad. 

Cuandouna persona entrega su ofrenda, no debe importarle el destino de ésta, aún si comprobara con sus propios ojos que el ministro de la Iglesia usa ese dinero para fines banales: ése es su problema, su...