Doctor den estudios mesoamericanos

ELENA PONIATOWSKA EN JUCHITÁN

Víctor de la Cruz*


Hace un poco más de treinta años, cuando éramos escandalosamente jóvenes, llegó a la Casa de la Cultura de Juchitán Elena Poniatowska, acompañada de la periodista Margarita García Flores. Siendo director de esta institución me tocó darle la bienvenida y presentarla con su libro La noche de Tlatelolco; Margarita, evangelista delfeminismo, predicó sobre la diferencia entre Mafaldas y Susanitas. Pero Elena no sólo llegó a presentar la línea de la represión y muerte en la vida de México. También llegó tras el hilo de la vida del líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo, nacido en nuestra tierra, antes llamada Rancho Santa Cruz de los Magariños, hoy Espinal.
Tras los pasos de este Vallejo recorrimos el Istmo desde la planicie deSalina Cruz hasta las estribaciones de las montañas de los mixes, buscando a sus parientes, a sus amigos, a sus compañeros de lucha que dieran información sobre su pasado, sobre sus amores y su trabajo. En nuestro recorrido un día nos detuvimos en Mogoñé, donde Fito Espinosa nos llenó de canciones y cervezas, de la mano de su hija Yazmina; no recuerdo si antes o después de escuchar la cavernosa vozde Juan Bante en Matías Romero, rememorando los días heroicos de la huelga y triunfo de 1958, con Adolfo Ruiz Cortínez como presidente de la República, y la derrota y encarcelamiento de Vallejo bajo la presidencia del “amigo de los trabajadores”, Adolfo López Mateos.
Alguna que otra vez Elena volvió a Juchitán, a la casa de mis padres, donde es posible que se haya comunicado a señas con mimadre, quien no hablaba el Castilla y Elena no entiende el diidxazá; y en una de esas veces llegó hasta Ixtepec en compañía de un ramillete de poetas mexicanas, entre quienes recuerdo a Elva Macías, Miriam Moscona, la cantante Tehua y no recuerdo ahora quiénes eran las otras bellezas de la palabra. Buscaba información sobre su personaje.
Elena, me dijo, quería escribir una biografía de DemetrioVallejo, aquel líder ferrocarrilero que levantó la dignidad, tirada en el suelo, del gremio. Pero Elena no es historiadora. Ella es literata, es decir mujer de palabras artísticamente compuestas, donde lo que importa es la imaginación hecha verbo y no el relato de hechos comprobables. Como resultado, treinta años después no tenemos una biografía, un relato histórico; sino una novela, una narracióninspirada en los hechos que encabezó a partir de 1958 nuestro Vallejo.
Éste es el libro de Elena en este viaje, bajo el título El tren pasa primero -con una dedicatoria a otro Poniatowski, Emmanuel Haro, hijo mayor de Elena que obtuvo su doctorado de Estado en Francia, a los cincuenta años, el 7 de julio de 2005- es un libro lleno de vida, de pasión, amor, erotismo, egoísmo, cobardía,valentía, rabia; es decir está lleno de sentimientos humanos. El libro se divide en tres partes: La primera empieza con los preparativos de la huelga hasta el encierro del líder, Trinidad Pineda Chiñas, en la cárcel preventiva de Lecumberri. La segunda parte, continúa con la prisión preventiva, pero en ella luce el erotismo provocado por el cuerpo de Rosa Peralta, quien sustituirá a Sara, la profesora, enla lucha loca con y al lado de Trinidad; y termina con la condena del líder en la penitenciaría de Santa Marta Acatitla. La tercera parte narra la niñez de Trinidad y sus inicios en el gremio ferrocarrilero y en la lucha sindical y agraria.
He dicho que Elena es una literata y no una historiadora; sin embargo su narración parte de hechos y personajes históricos, aunque la geografía istmeñaaparezca alterada y los personajes aparecen con otros nombres y a veces haya anacronismos, como el que Trinidad Pineda Chiñas haya platicado con Juana C. Romero, muerta en 1915, y al mismo tiempo tenga un gato inteligente llamado Monsiváis. Esto quiere decir que la geografía de la novela es diferente de la geografía real –por algo el líder no nace en Espinal sino en una ranchería, una estación de...