Doctor


El futuro de las Islas Malvinas

Por Richard Gott


Hace mas de cuarenta años, en noviembre de 1968, viajé a las Islas Malvinas con un grupo de diplomáticos en lo que fue el primero y último intento de Gran Bretaña por abandonar las Islas Malvinas y devolverlas a Argentina. El señor Chalfont, un ministro en el Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno laborista, fue el líder deesta expedición. Tuvo la difícil tarea de tratar de persuadir a los dos mil habitantes de las islas de que el Imperio británico podría no durar para siempre y que por lo tanto deberían comenzar a considerar la idea de que podría ser mejor ser amable con su vecino próximo, la República Argentina, que había reclamado durante mucho tiempo las islas. Este era el momento en que Gran Bretaña iba aabandonar su política de mantener sus fuerzas armadas "al este de Suez" por razones financieras, y estaba pensando en formas de deshacerse de su imperio residual. Ya los británicos habían deportado por la fuerza a los dos mil habitantes de Diego García en 1967 sin mucha publicidad hostil. Fueron traslados a las islas de Mauricio y las Seychelles, entregando sus propios islas a los estadounidenses paraconstruir una gigantesca base aérea en la época de la Guerra de Vietnam, utilizado más tarde para bombardear Irak. Las Malvinas seguían en la lista. Tal vez se podría pagar los isleños a establecer granjas de ovejas en Nueva Zelandia.
  Participé del viaje, con media docena de periodistas británicos. Viajamos desde Montevideo en un barco de investigación británico, el HMS Endurance, y el viaje durócuatro días. Una vez en Puerto Stanley nos dispusimos a visitar casi cada finca y granja en las dos islas principales en un período de diez días. Volamos en un pequeño avión o en el helicóptero del HMS Endurance.
  Todo el mundo sabía lo que tenían que decir. Nos dieron la bienvenida en todas partes - y pudimos ver las pancartas y la Unión Jack en el aire antes de aterrizar – siempre con elmismo mensaje: "Chalfont Go Home!", y, a veces el mensaje era aún más simple: "Queremos seguir siendo británicos!". En una misa dominical en la pequeña catedral de Puerto Stanley cantamos el himno de fin de oficio colonial: "El Día Tú diste Senor está terminado", pero todo los esfuerzos de Chalfont se quedaron sin efecto alguno. Los isleños eran inflexibles. Ellos no querían tener nada que ver conArgentina, y Chalfont los dejó con la promesa de que no pasaría nada sin su consentimiento.
Catorce años más tarde, en 1982, Gran Bretaña y Argentina estaban en guerra por las islas, y casi un millar de personas murieron. Cada mes de abril, somos invitados a recordar el aniversario de ese acontecimiento, y al gobierno argentino le gusta recordar a los británicos su reclamo. Un acuerdo en 1995sobre la exploración conjunta de petróleo fue recibido por el Foreign Office como una alternativa a discutir algo tan conflictiva como la soberanía. Pero un nuevo gobierno en Argentina vio que esto iba a ninguna parte, y se retiró del acuerdo.
  A veces la gente me pregunta por qué los argentinos hacen un alboroto sin fin sobre las Malvinas. Mi respuesta es siempre muy simple. Las Malvinaspertenecen a Argentina. Simplemente sucede que las islas fueron tomado y ocupado por Gran Bretaña en 1833, y, posteriormente, poblada y utilizado como base militar. La afirmación de Argentina es perfectamente válida, entonces la disputa con Gran Bretaña nunca va a desaparecer. Ahora, con gran parte de América Latina en manos de la izquierda nacionalista, el gobierno de Buenos Aires goza de un apoyocreciente en el continente y en otros lugares, lo cual irrita a Gran Bretaña. Todos los gobiernos de Argentina, de todo tipo, seguirán reclamando las Malvinas, al igual que los gobiernos de Belgrado siempre pensaran que son los dueños de Kosovo.
  Las Malvinas fueron capturadas por Gran Bretaña en enero 1833 durante la era de la expansión colonial. (Los británicos se habían apropiado Mauricio, y por...