doctor
Cuando me retiré de la universidad llevaba un bagaje de de conocimientos anatómicos. Sabía conexactitud la ubicación de los órganos; el funcionamiento de los sistemas y de los aparatos del cuerpo humano. El mapa del sistema circulatorio, el sistema nervioso y el sistema linfático estaban grabados enmi cerebro. Pensé que jamás los iba a necesitar, hasta cuando me llovió la desgracia. No quiero entrar en detalles, en relatos sucesivos les iré contando una a una las anécdotas de mi vida, lo ciertofue que perdí a mis padres y a mis hermanos una noche, en un asalto a mano armada a la finca donde vivíamos.¿Qué puede hacer un muchacho campesino, de condiciones económicas holgadas que de la nochea la mañana queda sin nadie en el mundo? El primer pensamiento fue la venganza brutal, inmediata con torturas incluidas. Mi educación religiosa y moral me ataba; estaba pecando de pensamiento contravarios mandamientos de la Ley de Dios. Algo que aprendí de mi abuelo centenario fue a no tomar decisiones apresuradas. Sospechaba quienes eran los asesinos y sabía con certeza que una investigaciónjamás daría resultado; entonces, yo era el juez y el verdugo.
Comencé un entrenamiento riguroso de Artes Marciales: Judo, Karate, Tae-kondo y otras ramas menos conocidas del Karate (por llamarlas dealgún modo conocido) y me convertí en un Naked-kill. Aprendí cada punto mortal en el cuerpo y podía dar la muerte o la pérdida de conocimiento valiéndome sólo de mi propio cuerpo o de elementos comunes encualquier casa: un lápiz, una revista, un cordón de zapato. Eliminé de mi arsenal las armas blancas por aquello de mi hematofobia (temor a la sangre, por si acaso) y las de fuego por lo ruidosas y...
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