doctor
Desde muy pequeños fuimos casi instintivamente adorando a cada uno de los personajes creados por este particular señor. Cada vez que la televisión mostraba aquellainconfundible hada salir de un majestuoso castillo y con su varilla hacer resplandecer miles de colores, sabíamos que empezaría un viaje lleno de aventuras mágicas que duraría horas y nos entregábamos a ladiversión animada. Por desgracia, cada uno de sus personajes e historias tienen dos caras, que varían de la inocente candidez a la mundana realidad conforme pasamos de niños a adultos.
Ejemplos deestas dualidades hay por montones y son imperceptibles a temprana edad. Cómo explicar que Goofy y Pluto, aún siendo ambos perros, uno hablara y el otro no?, esto nos lleva a pensar en las detestablesdiferencias que existen entre los seres humanos adultos y la aún más detestable estigmatización respecto a estas. Así también, las dulces Daisy y Minnie, que en nuestra niñez eran percibidas comosimpáticas y adorables novias de Donald y Mickey, no son más que un par de casquivanas que sin mediar motivo alguno más que el interés, cambiaban de gusto, moviéndoles la cola y lanzándose a los brazos delpato ricachón llamado Glad y del fortachón Pete (extraño animal con apariencia más bien gatuna) respectivamente. A eso… hoy por hoy… se le llama infidelidad… y duele.
Los personajes principales nose escapan. Mickey, el otrora visualizado como un simpático ratón, hoy no es más que un animal en extremo egocéntrico, de voz chillona y seguro de si mismo, todo le sale bien y jamás se equivoca y hallegado a ser la aborrecible extensión de su creador. Donald, por su parte, a punta de inentendibles gritos y eufóricos ataques de histeria era visto en nuestra niñez como un divertido pato loco quenos generaba carcajadas a raudales y hoy nos enrostra lo peor de nuestra adultez, la ira desatada e irracional. Lo más curioso de todo esto es que estos personajes no han cambiado sus actitudes con...
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