Doctorado

La representación en el contexto de los derechos y cultura indígenas
Adrián Gimate-Welsh
* El conocimiento de la realidad física y social es personal y social (…) diferentes tradiciones del saber (…) ofrecen diferentes patrones de inter-referencialidad; (…) los argumentos se construyen sobre la base de estos patrones” (Knowledge of physical and social reality is both personal and social (…)different traditions of knowing (…) offer different patterns of inter-referentiality; (…) arguments are built upon these patterns)
* Charles W. Kneupper, 1981 “Argument: A social Constructivist Perspective”. Journal of the American Forensic Association. 17:183-89
Uno de los problemas centrales de las ciencias sociales y de las humanidades es la dificultad de trazar la dimensión conceptual,aun en un mismo campo del conocimiento. Para G. Sartori (1984:74) tener un concepto significa la competencia de distinguir A de lo su negación o sea no A; para Riggs (1992), poseer un concepto es tener una imagen mental; mientras que para Hilary Putnam (1981) no significa la posesión de una imagen mental, sino la habilidad de usar correctamente una palabra. Lambert and Shanks (1997), por suparte, consideran que los conceptos son el alfabeto de la cognición individual; para Grant Gillet (1992) los conceptos son por naturaleza públicos y intersubjetivos. Apreciamos, además, un hincapié cognitivo, por un lado, un énfasis lingüístico. Se integran una mirada cognitiva con una categorial, desde la perspectiva lingüística. Dicho de otra manera, tenemos ante nosotros una miradarepresentacional que implica la relación entre un conjunto de objetos del mundo ― la dimensión referencial ― con los conceptos de los mapas cognitivos de los individuos. En otras palabras, los conceptos son representaciones mentales, esquemas en el sentido de Foucault (1970, 2005), de las categorías del mundo exterior. Esta es la posición de George Lakoff (1987).
Pareciera que la variedad de acercamientos a ladefinición de un concepto responde más bien a campos disciplinarios, a acercamientos anclados en la interacción o a esquemas que nos caracterizan como sujetos sociales anclados en un tiempo y en un espacio. Me parece, en todo caso, que estas miradas no son contradictorias, sino complementarias, al menos para el caso del concepto representación del que ahora nos ocuparemos (una apostilla: aquírescato lo dicho por Luis Fernando Lara en su conferencia inaugural).
En este contexto se inscriben las críticas a la democracia representativa basada en el modelo liberal (Cf. Seyla Benhabib, 1996; Pippa Norris, 2005, 2008). En primer lugar está el concepto de democracia y su calificativo “representativa”. Sin entrar en pormenores, salta a la vista la idea de que los signos en tanto entidades quesignifican (políticamente), han perdido su capacidad de representación. Subrayar en este momento la idea de que los modelos generan lo real sin el origen es una simulación. Este es el sentido del supuesto subyacente en la demanda de la representación de género y de las minorías étnicas en México y en el resto del mundo, pero también es uno de los puntos esenciales en las reflexiones de losteóricos de la política (Pippa Norris, 2005), sobre todo si se piensa en la necesidad de transitar hacia una democracia de calidad (Juan Linz y Alfred Stepan, 1996), sobre todo en el ámbito multicultural, como lo es la mayoría de los países en el mundo.
La problemática anterior nos coloca en la necesidad de discutir el concepto de representación (Hanna Fenichel, 1972; Bernard Manin, 1997; J. Sartori,1968; Maurizio Cotta, 1982; Max Weber, 2002; Amador Rodríguez Lozano, 1996; Claus Offe, 1996; Luisa Béjar, 2006; A. Gimate-Welsh, 2006; 2007; 2008) en el ámbito de la política y su inserción en los debates sobre la representación de las minorías étnicas de México.
Para encarar la problemática de la representación me propongo examinar las percepciones de la representación política en la LVIII...