Doctorado

Había una vez en un pueblo muy lejano, un matrimonio que era muy pobre, muy pobre que apenas y tenían para comer. Fabián y Ana se encontraban desesperados, pues no tenían dinero para pagar la rentadel cuarto y la comida empezaba a escasear.
Ana, encinta de seis meses, se ganaba la vida lavando y planchando ropa ajena, Fabián por su parte trabajaba de vez en vez y no tenía un empleo fijo.Sucedió que un día mientras Fabián se encontraba con sus amigos en un bar, le vino a la mente la idea de robar el lugar, que contaba con rockola y mesas de billar, así pues planeo llevar a cabo el robopara esa misma noche.
Ese día cuando el salón estaba cerrado, Fabián salió de su casa, daba pasos tambaleantes, pues estuvo bebiendo en serio, sus pasos sonaban huecos en medio de la noche y unaladradera de perros lo siguió hasta que se perdió en la negrura de la noche.
No tuvo ninguna precaución ni siquiera cuando estuvo frente a la puerta del bar, que estaba asegurada solamente por un pasador yun vetusto candado. Con la ayuda de una pequeña linterna y una ganzúa, logro violar la argolla y pudo entrar al salón.
Estando adentro chocaba contra las mesas y aluzaba a todas partes sin tenerninguna clase de precaución, fue directo hacia la caja registradora y la encontró vacía, Fabián pensó que eso había sido demasiado trabajo como para irse con las manos vacías, así que se dirigió hacia lamesa de billar con la intención de llevarse las bolas, cuando ya las tenía las apretó contra su pecho y se aprestaba a salir de ahí, de pronto el salón estaba iluminado, el dueño del bar caminabahacia Fabián con una barra de metal en la mano, mientras que Fabián, que se había agachado a un lado de la mesa, se levantaba poco a poco sintiendo un terrible dolor en los riñones, el alcohol loabandonaba por completo y Fabián asumía nuevamente la responsabilidad y peso de su cuerpo
-Muchacho, que haces aquí-dijo el dueño del bar
-nada- respondió Fabián
-¿Qué llevas ahí?-
-son las bolas de...