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Con unas palabras tan sencillas como rotundas, el padre jesuita Adolfo Chércoles introduce en el Sermón dela Montaña –pronunciado ante la multitud por Aquel que quiso hacerse uno de tantos– a cuantos con sus ilusiones, sus proyectos, sus ganas de conversión, sus cruces, grandes o pequeñas en la mochila,ligeros de equipaje, acuden, a lo largo y ancho de nuestro territorio y en cualquier fecha del año, a una experiencia que resultará ya inolvidable de la mano de este jesuita sencillo por dentro y porfuera, maestro de la ternura, el servicio, el sentido del humor y la escucha.
Creo que sería egoísta por mi parte dejar de compartir con todo aquel que pueda llegar a leer estas líneas una vivenciaque ha marcado ya, no sólo a mí, sino –me atrevería a asegurar– a todos los que la hemos vivido, nuestro caminar, nuestro peregrinaje por la vida como cristianos que, si no lo somos en verdad, sí almenos estamos llamados a serlo con la ayuda de Dios.
Han sido ocho maravillosos días en la casa que el Instituto Secular Alianza en Jesús por María pone a disposición, en La Zubia (Granada), pararetiros, Ejercicios espirituales, formación..., con la generosidad, el servicio y el cariño del que hacen gala aliadas como Conchita o Mary Carmen. Ocho días con los oídos muy abiertos, los ojosexpectantes y el corazón dispuesto a asumir, o al menos intentarlo, lo que Jesús, en las Bienaventuranzas, vino a dejarnos a modo de testamento, y de lo que dependerá, en gran medida, nuestra verdadera...
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