documento conteble
:.Paolo Virno
Las formas de vida contemporáneas atestiguan la disolución del concepto de
"pueblo" y de la renovada pertinencia del concepto de "multitud". Estrellas fijas del
gran debate del siglo XVII, y, hallándose en el origen de una buena parte de nuestro
léxico ético-político, estos dos conceptos se sitúan en las antípodas el uno del otro.
El"pueblo" es de naturaleza centrípeta, converge en una voluntad general, es el
interfaz o el reflejo del Estado; la "multitud" es plural, huye de la unidad política,
no firma pactos con el soberano, no porque no le relegue derechos, sino porque es
reacia a la obediencia, porque tiene inclinación a ciertas formas de democracia no
representativa. En la multitud, Hobbes verá el mayor peligro para elaparato del
Estado ("Los ciudadanos, cuando se rebelan contra el estado, representan a la
multitud contra el pueblo." Hobbes, 1652: XI, I y XII, 8). Spinoza descubrirá
precisamente ahí, en la multitud, la raíz de la libertad. Desde el siglo XVII, y casi
sin excepciones, es el "pueblo" quien la obtiene y gestiona. La existencia política
de las múltiples, en tanto que múltiples, fue apartada delhorizonte de la
modernidad: no sólo por los teóricos del Estado absolutista, sino también por
Rousseau, por la tradición liberal y por el propio movimiento socialista. Sin
embargo, hoy la multitud se desquita al caracterizar todos los aspectos de la vida
social: los hábitos y la mentalidad del trabajo posfordista, los juegos de lenguaje,
las pasiones y los afectos, las formas de concebir laacción colectiva. Cuando
constatamos este desquite, es necesario evitar al menos dos o tres necedades. No es
que la clase obrera se haya disipado con arrobo para dejar sitio a las "múltiples",
sino más bien, y la cosa resulta mucho más complicada y mucho más interesante,
que los obreros de hoy en día, permaneciendo obreros, no tienen la fisonomía del
pueblo, pero son el ejemplo perfecto delmodo de ser de la multitud. Además,
afirmar que las "múltiples" caracterizan las formas de vida contemporánea, no tiene
nada de idílico: la caracterizan tanto para bien como para mal, tanto en el
servilismo como en el conflicto. Se trata de un modo de ser, diferente del modo de
ser "popular", es cierto, pero, en sí, no desprovisto de ambivalencia, con una dosis
de venenos específicos.
Lamultitud no aparta con gesto de travieso la cuestión del universal, de lo que es
común, compartido: la cuestión del Uno; más bien la redefine por completo.
Tenemos, para empezar, una inversión del orden de los factores: el pueblo tiende
hacia el Uno, las "múltiples" se derivan del Uno. Para el pueblo, la universalidad es
una promesa; para las "múltiples", es una premisa. Cambia también la propiadefinición de lo que es común, de lo que se comparte. El Uno alrededor del cual
gravita el pueblo es el Estado, el soberano, la voluntad general; el Uno que la
multitud tiene tras de sí es el lenguaje, el intelecto como recurso público e
interpsíquico, las facultades genéricas de la especie. Si la multitud huye de la
unidad del Estado, es solamente porque comunica con un Uno diferente,preliminar
antes que concluso. Y es sobre esta correlación que hay que preguntarse más en
profundidad.
La aportación de Gilbert Simondon, filósofo muy querido por Deleuze, sobre esta
cuestión es muy importante. Su reflexión trata de los procesos de individuación. La
individuación, esto es, el paso del bagaje psicosomático genérico del animal
humano a la configuración de una singularidad únicaes, quizá, la categoría que,
más que ninguna otra, le es inherente a la multitud. Si prestamos atención a la
categoría de pueblo, veremos que se refiere a una miríada de individuos no
individualizados, es decir, comprendidos como sustancias simples o átomos
solipsistas. Justo porque constituyen un punto de partida inmediato, antes que el
resultado último de un proceso lleno de imprevistos,...
Regístrate para leer el documento completo.