documento de puebla
TEMA: LA DIGNIDAD HUMANA-EL PROYECTO DE DIOS
FECHA DE ENTREGA: 27/08/13
ALUMNA: ENCISO MARTINA
MATERIA : CATEQUESIS
EL PROYECTO DE DIOS Y LA DIGNIDAD HUMANA
El hombre eternamente ideado y eternamente elegido en Jesucristo, debía realizarse como imagen creada de Dios, reflejando el misterio divino de comunión en sí mismo y en la convivencia consus hermanos, a través de una acción transformadora sobre el mundo. Sobre la tierra debía tener, así, el hogar de su felicidad, no un campo de batalla donde reinasen la violencia, el odio, la explotación y la servidumbre. (Puebla, Conclusiones 184)
El Hombre, por su dignidad de imagen de Dios, merece nuestro compromiso en favor de su liberación y total realización en Cristo Jesús. Sólo en Cristose revela la verdadera grandeza del hombre y sólo en él es plenamente conocida su realidad más íntima. Por eso, nosotros, Pastores, hablamos al hombre y le anunciamos el gozo de verse asumido y enaltecido por el propio Hijo de Dios, que quiso compartir con él las alegrías, los trabajos y sufrimientos de esta vida y la herencia de una vida eterna.
Pero el hombre, ya desde el comienzo, rechazó elamor de su Dios. No tuvo interés por la comunión con él. Quiso construir un reino en este mundo prescindiendo de Dios. En vez de adorar al Dios verdadero, adoró ídolos: las obras de sus manos, las cosas del mundo; se adoró a sí mismo. Por eso, el hombre se desgarró interiormente. Entraron en el mundo el mal, la muerte y la violencia, el odio y el miedo. Se destruyó la convivencia fraterna. (Puebla,Conclusiones 185)
Roto así por el pecado el eje primordial que sujeta al hombre al dominio amoroso del Padre, brotaron todas las esclavitudes. La realidad latinoamericana nos hace experimentar amargamente, hasta límites extremos, esta fuerza del pecado, flagrante contradicción del plan divino. (Puebla, Conclusiones 186)
La Iglesia es un Pueblo universal, destinado a ser «luz de las naciones»(Is 49, 6; Lc 2, 32). No se constituye por raza, ni por idioma, ni por particularidad humana alguna. Nace de Dios por la fe en Jesucristo. Por eso no entra en pugna con ningún otro pueblo y puede encarnarse en todos, para introducir en sus historias el Reino de Dios. Así «fomenta y asume, y al asumir, purifica, fortalece y eleva todas las capacidades, riquezas y costumbres de los pueblos en lo quetienen de bueno» (LG 13b). Puebla, Conclusiones 237
El mensaje de Jesús tiene su centro en la proclamación del Reino que en él mismo se hace presente y viene. Este Reino, sin ser una realidad desligable de la Iglesia (LG 8a), trasciende sus límites visibles. Porque se da en cierto modo dondequiera que Dios esté reinando mediante su gracia y amor, venciendo el pecado y ayudando a los hombres acrecer hacia la gran comunión que les ofrece en Cristo. Tal acción de Dios se da también en el corazón de hombres que viven fuera del ámbito perceptible de la Iglesia. Lo cual no significa, en modo alguno, que la pertenencia a la Iglesia sea indiferente.
El Pueblo de Dios, inhabitado por el Espíritu, es también un Pueblo santo. Mediante el Bautismo, el mismo Espíritu le ha participado la vidadivina. Lo ha ungido, así como Pueblo mesiánico, revestido de una santidad sustancial que se funda en la misma santidad de la vida divina recibida. Tal santidad recuerda al Pueblo de Dios la dimensión vertical y constituyente de su comunión. Es un pueblo no sólo que nace de Dios, también se ordena a él, como Pueblo consagrado, a rendirle culto y gloria. El Pueblo de Dios aparece así como su Templovivo, morada de su presencia entre los hombres. En él, los cristianos somos piedras vivas.( Puebla, Conclusiones 250)
El Pueblo de Dios, como Sacramento universal de salvación, está enteramente al servicio de la comunión de los hombres con Dios y del género humano entre sí. La Iglesia es, por tanto, un pueblo de servidores. Su modo propio de servir es evangelizar; es un servicio que sólo ella puede...
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