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La historia de la salvación según lo que nosotros hemos investigado a lo largo de este
trabajo se ve reflejado en lo que Dios nos dejó, es decir la vida eterna. Desde una
perspectiva filosófica podemos entender como una persona que amó tanto al mundo
hizo el sacrificio de entregar a su único hijo sólo para salvar al hombre. La enseñanza más importante, es que Dios interviene con su poder en la historia del
hombre, e interviene siguiendo un plan, un proyecto determinado, desde la creación
hasta el final de los tiempos.
La historia es lineal
El Cristianismo ve la historia como lineal, es decir, tiene un principio y un fin. Hay un
proyecto de Dios en la historia. asi como la creacion es un hito, el fin tambien lo es y por lo tanto debe ser tenido en cuenta. El tiempo kairós es el tiempo de la libertad y de
la realización humana. Para la Biblia todo el tiempo es kairós, es decir, tiempo de
decisión personal.
La revelación bíblica comienza y termina con dos connotaciones temporales: «En el
principio creó Dios los cielos y la tierra» (Gen 1,1); «Sí, vengo pronto. Así sea. ¡Ven, Señor, Jesús! » (Ap. 22,20). El primer texto señala un comienzo absoluto; a partir de él,
el tiempo está en relación con las cosas creadas. El segundo texto marca el final de
ese tiempo relativo a las cosas creadas: la segunda venida de Jesús, la parusía que
será el final del tiempo.
Preparación del Pueblo de Dios:
Dios desde el principio ha querido la salvación de todos los
hombres. Desgraciadamente el hombre desde sus orígenes, rechazó esa amistad divina separándose así de Dios, enemistándose con sus semejantes y trastornando su relación con
la misma naturaleza. A pesar de esto Dios nunca abandonó a la humanidad caída en el
pecado.
Dios comienza por escoger un Pueblo:
Deseando la reagrupación de los hombres divididos
por el pecado, Dios quiso formar un Pueblo y para eso eligió a los patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob. Ellos son los portadores de las promesas que se harán realidad en un futuro:
promesas de descendencia, de la tierra y de la bendición a todos los pueblos. A través de los
patriarcas, modelos de fe, esperanza y obediencia. Dios va preparándose un pueblo.
Un Pueblo que se libera y se forma:
Los descendientes de los patriarcas se establecieron en
Egipto, allí sufrieron la opresión y la esclavitud. Clamaron a su Dios y Él los liberó sacándolos de la esclavitud. Moisés fue el guía elegido por Yahvéh su Dios para llevar a cabo esta
empresa liberadora.
Salieron de la tierra y marcharon por el desierto, rebelándose contra el Dios que los había
sacado de la esclavitud. Dios los perdonó y les mostró su cuidado proveyéndolos de las
cosas necesarias: el pan, el agua, etc. en el desierto pactaron una Alianza con Yahvéh su
Dios y así quedó constituido y formado el Pueblo de Dios.
Un Pueblo que vive bajo la Alianza: Al conquistar la tierra de Canaán bajo el mandato de
Josué se establecieron allí. Hubo momentos de gran fidelidad a Dios, pero poco a poco, no
obstante las amonestaciones de los profetas, se fueron separando de Yahvéh y olvidaron la
alianza que habían pactado. Los poderosos explotaban a los débiles; utilizaban el culto y las
instituciones religiosas para tener seguridad y pretender sobornar al Dios de la Alianza. Por
eso Dios rechazó a su pueblo con la destrucción de los reinos de Israel y de Judá. El exilio
fue el castigo a la ruptura de la Alianza.
Un Pueblo bajo la esperanza de la Nueva Alianza: El castigo del exilio no es la última
Palabra del Señor, sino que de nuevo les va a mostrar su misericordia devolviéndolos a la
tierra que habían perdido y dándoles la esperanza de una Nueva Alianza que no fallaría
como la anterior. El pueblo del exilio, ayudado por diversas personas, empieza a reflexionar ...
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