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Doménikos Theotokópoulos
, en griego
Δομήνικος Θεοτοκόπουλος
(Candía, 1541 – Toledo, 1614),
conocido como
el Greco
(«el griego»), fue un pintor del final del Renacimiento que desarrolló un estilo muy
personal en sus obras de madurez.
Hasta los 26 años vivió en Creta, donde fue un apreciado maestro de iconos en el estilo posbizantino vigente en la isla. Después residió diez años en Italia, donde se transformó en un pintor renacentista,
primero en Venecia, asumiendo plenamente el estilo de Tiziano y Tintoretto, y después en Roma,
estudiando el manierismo de Miguel Ángel. En 1577 se estableció en Toledo (España), donde vivió y
trabajó el resto de su vida.
Su formación pictórica fue compleja, obtenida en tres focos culturales muy distintos: su primera formación bizantina fue la causante de importantes aspectos de su estilo que florecieron en su madurez; la segunda la
obtuvo en Venecia de los pintores del alto renacimiento, especialmente de Tiziano, aprendiendo la pintura
al óleo y su gama de colores —él siempre se consideró parte de la escuela veneciana—; por último, su estancia en Roma le permitió conocer la obra de Miguel Ángel y el manierismo, que se convirtió en su estilo
vital, interpretado de una forma autónoma.
Su obra se compone de grandes lienzos para retablos de iglesias, numerosos cuadros de devoción para
instituciones religiosas en los que a menudo participó su taller y un grupo de retratos considerados del
máximo nivel. En sus primeras obras maestras españolas se aprecia la influencia de sus maestros italianos. Sin embargo, pronto evolucionó hacia un estilo personal caracterizado por sus figuras manieristas
extraordinariamente alargadas con iluminación propia, delgadas, fantasmales, muy expresivas, en
ambientes indefinidos y una gama de colores buscando los contrastes. Este estilo se identificó con el
espíritu de la Contrarreforma y se fue extremando en sus últimos años. Actualmente está considerado uno de los artistas más grandes de la civilización occidental. Esta alta
consideración es reciente y se ha ido formando en los últimos cien años, cambiando la apreciación sobre su
pintura formada en los dos siglos y medio que siguieron a su muerte, en que llegó a considerarse un pintor
excéntrico y marginal en la historia del arte.
Diego Velázquez
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, hacia el 5 de junio de 1599 Madrid, 6 de agosto de
1660), conocido como
Diego Velázquez
, fue un pintor barroco, considerado uno de los máximos
exponentes de la pintura española y maestro de la pintura universal.
Pasó sus primeros años en Sevilla, donde desarrolló un estilo naturalista de iluminación tenebrista, por
influencia de Caravaggio y sus seguidores. A los 24 años se trasladó a Madrid, donde fue nombrado pintor del rey Felipe IV y cuatro años después fue ascendido a pintor de
c
ámara, el cargo más importante entre
los pintores de la corte. A esta labor dedicó el resto de su vida. Su trabajo consistía en pintar retratos del
rey y de su familia, así como otros cuadros destinados a decorar las mansiones reales. Su presencia en la corte le permitió estudiar la colección real de pintura que, junto con las enseñanzas de su primer viaje a
Italia, donde conoció tanto la pintura antigua como la que se hacía en su tiempo, fueron influencias
determinantes para evolucionar a un estilo de gran luminosidad, con pinceladas rápidas y sueltas. En su
madurez, a partir de 1631, pintó de esta forma grandes obras como
La rendición de Breda
. En su última década su estilo se hizo más esquemático y abocetado, alcanzando un dominio extraordinario de la luz.
Este periodo se inauguró con el
Retrato del papa Inocencio X
, pintado en su segundo viaje a Italia, y a él
pertenecen sus dos últimas obras maestras:
Las Meninas
y
Las hilanderas
.
Su catálogo consta de unas 120 o 125 obras. El reconocimiento como pintor universal se produjo ...
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