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Rima LXXVI [Poema: Texto completo]
Gustavo Adolfo Bécquer
En laimponente nave del templo bizantino vi la gótica tumba a la indecisa luz que temblaba en los pintados
Las manos sobre el pecho, y en las manos un libro, una mujer hermosa reposaba sobre la urna delcincel prodigio.
Del cuerpo abandonado al dulce peso hundido, cual si de blanda pluma, y raso fuera, se plegaba su lecho de granito.
De la postrer sonrisa el resplandor divino guardaba el rostro comoel cielo guarda del sol que muere el rayo fugitivo.
Del cabezal de piedra, sentados en el filo, dos ángeles, el dedo sobre el labio, imponían silencio en el recinto.
No parecía muerta; de losarcos macizos parecía dormir en la penumbra y que en sueños veía el paraíso.
Me acerqué de la nave al ángulo sombrío como quien llega con callada planta junto a la cuna donde duerme un niño.
Lacontemplé un momento, y aquel resplandor tibio, aquel lecho de piedra que ofrecía próximo al muro otro lugar vacío,
en el alma avivaron la sed de lo infinito, el ansia de esa vida de la muerte, parala que un instante son los siglos...
Cansado del combate en que luchando vivo, alguna vez recuerdo con envidia aquel rincón oscuro y escondido. Rima LXXVI [Poema: Texto completo]
Gustavo AdolfoBécquer
En la imponente nave del templo bizantino vi la gótica tumba a la indecisa luz que temblaba en los pintados
Las manos sobre el pecho, y en las manos un libro, una mujer hermosa reposabasobre la urna del cincel prodigio.
Del cuerpo abandonado al dulce peso hundido, cual si de blanda pluma, y raso fuera, se plegaba su lecho de granito.
De la postrer sonrisa el resplandor...
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