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 La gata Los jugadores de póquer familiar muestras defatiga a eso de las diez.Camille luchaba contra el cansancio como se lucha a los diecinueve años,es decir,de improviso aparecía fresca y lozana,luego,bostezaba detrás de sus manos juntas y reaparecíapálida,blanca la barbilla,un poco oscuras las mejillas bajo los polvos de matiz ocre ,y dos lagrimitas en el rabillo de los ojos. -Camille,tendrías que acostarte...-Son los diez,mamá,son. las diez ¿Quién se mete a la cama a la diez. Con la mirada buscaba a su prometido ,hundido en el fondo a unabutaca. -Déjelos-dijo otra voz maternal-.Aún les quedan siete días de espera,es compresible. -Exactamente.Una hora más o menos...-Camille,tendrías que acostarte.Y nosotros también. -Siete días-exclamó Camille-.Si es Lunes.Yano meacordaba...Alain.Ven,Alain. La joven tiró el pitillo al jardín,encendió otro cigarrillo y entrasacó y barajó las cartas del cabalísticamente.
-A ver si tendremoscoche ,''el bonito roadster de los chicos '' antes ceremonía...Fijate,Alain...,no se lo mandaré decir.Sale con el viaje y con la noticia importante....-¿Qué? -El roadster,hombre.
Alain volvió la cabeza sin levantar la nuca hacia laabierta ventana por donde llegaba un suave olor a espinacas y heno fresco ,pues se había segado el césped durante el día.La madreselva que envolvían un gran árbol muerto también aportaba la miel de sus...