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Cuasicontratos
Coordinador: Ricardo de Ángel Yágüez
Autor: Edmundo Rodríguez Achútegui
Acciones Civiles, Editorial LA LEY


El art. 1089 CC sitúa los cuasicontratos como fuente de obligaciones, junto a los contratos, la ley y los actos u omisiones ilícitos o en los que interviene culpa o negligencia. La noción misma de cuasicontrato está en crisis, que el propio código fomenta puesintroduce en los arts. 1090 a 1093 cada una de las fuentes de las obligaciones, excepto, precisamente, los cuasicontratos, a los que no vuelve aludir hasta el art. 1887.
No es fácil situar a los cuasicontratos sistemáticamente en un sistema jurídico en el que las obligaciones nacen esencialmente de la ley, la convención o el acto ilícito. Del concepto legal que contiene el art. 1887 CC se desprendeque la norma considera cuasicontrato el hecho lícito y voluntario que, sin origen legal o contractual, hace nacer obligaciones para con un tercero y a veces obliga a éste. Es decir, se caracteriza por la licitud y la voluntariedad. Al ser un hecho en el que no interviene culpa o negligencia, no es de aplicación el art. 1902 CC. Tampoco es un contrato porque no hay acuerdo, ni obligación recíproca enel sentido previsto en el art. 1124 CC. De haber tal acuerdo de voluntades, no hay cuasicontrato.
Sin embargo no es fácil sostener que las obligaciones que nacen de los sedicentes cuasicontratos no provengan de la ley. Frente al acuerdo de voluntades como fuente de las obligaciones, que el art. 1091 CC solemniza declarando su «fuerza de ley entre las partes», la ley se configura como otro origenque no puede presumirse, pero que abarca supuestos heterogéneos, de distinta justificación, entre los que podrían tener cabida los cuasicontratos. Precisamente el CC regula dos supuestos, la gestión de negocios ajenos sin mandato (arts. 1888 y ss) y el cobro de lo indebido (arts. 1895 y ss).
Se ha dicho que contribuye a deslindar la categoría de los denominados cuasicontratos de la obligaciónlegal el hecho de que el TS haya admitido en alguna ocasión cuasicontratos atípicos o innominados (STS 21 de junio de 1945, que cita la STS 8 de enero de 1909). Hay que resaltar, al respecto, que cuando lo ha hecho se ha insistido en que no puede darse una «extensión desmesurada a tal noción».
Por otro lado la característica de atipicidad puede predicarse de los contratos, ya que un acuerdo devoluntades puede disciplinar una relación obligatoria cuya regulación no se encuentre prevista legalmente, pero de la que surgen obligaciones. Pero el cuasicontrato tiene carácter unilateral, de modo que de un hecho o actuación lícita, sin concurso de voluntades, surgen también obligaciones, que serán las típicamente previstas en su regulación. Las demás derivan, sencillamente, del principio de quenadie puede enriquecerse sin causa a costa de otro.
La innecesariedad de la figura del cuasicontrato como fuente de las obligaciones, se ha proclamado expresamente por la Ley 1/1973, que aprueba la Compilación Navarra, cuya Exposición de Motivos manifiesta haber prescindido deliberadamente de la figura, sustituyéndola por el enriquecimiento sin causa. En definitiva, con ALBALADEJO o DIEZ-PICAZO yGULLÓN, puede afirmarse que los casos regulados en el CC son supuestos que cabe incluir en la figura general del enriquecimiento sin causa, situación en la que, ante un desplazamiento patrimonial que no tiene justificación en derecho, la ley, fuente de obligaciones, concede un remedio al perjudicado para evitar que se consolide.
Dentro de tal figura del enriquecimiento podrían incluirse los doscuasicontratos regulados en el CC, gestión de negocios ajenos y cobro de lo indebido, como manifestaciones positivadas de tal figura más general. En otros casos diferentes podría ejercitarse acción con fundamento en el enriquecimiento sin causa, aún sin previsión expresa en las leyes, facilitando así un remedio a situaciones de injusticia que no hay razón para tolerar.

1. La gestión de negocios...