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El espectáculo televisivo

¡

UN ESPECTÁCULO DESCORPOREIZADO

El J?incretismo del discurso televisivo, su capacidad de integrar
cualquier dl's'Ctirso, espectáculo o sistema derepresentación exterior, tiene una doble contrapartida:
por una parte, como ya
advertimos, el sometimiento del espectáculo de referencia al
modelo concéntrico de configuración de la relaciónespectacular;
por otra, la incapacidad de integrar algunas de las materias de la
(,
expresión en que estos?édi-g
discursos se materializaban. y
¡
muy especialmente uná:r el cuerpo
CA ~
. Ya loadvertimos, la in '. a potencia espe'&'acular, la asombrosa capacidad de la televisión para colmar la mirada del especta-,
dor, ti
or.
art'
deseor. . :eió~eo.t.iCIIlo''Y1, por
tanto, descansa en unaestructural sobresignificación de esa caren- 101.\
cia esencial qUe anida en la relación espectacular.
El cuerpo, pues, se evapora, la mirada sólo encuentra unas
huellas luminosas del cuerpo quedesea y que sin embargo ha sido
1 ~ escamoteado. El instante del suceso irrepetible en ue
(\.,
- VI
~.
9- de un cuer o
ontrara con una rrura a carece ya de sentidQ. ~I
.'.
' He aquí, pues, unfenómeno e aun p o va oradas dimensio\.
nes antropológicas: el espectáculo como apoteosis del cuerpo en el
(g. .
instante singular cede su lugar a un nuevo espectáculo descorpo\.Jo../v ~..-r}Qreizado, sólo habitado~
im~enes atemporales y sustitutas de
cuer~os.
---

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t.

,

DEL E8PECT ÁCULO

I

Pero sólo puede medirse la importancia antropológica de esta
mutación de larelación espectacular si la ponemos en relación con
80

V

ABOLICIÓN

c.J!""

COTIDIANIZACIÓN

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otros dos factores íntimamente relacionados cop ell~~
~eotidianidat!..3bsoluta.de.!.e~yisiy~,
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