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La vida como alumno: oficio, estrategias y contradicciones.
Creemos importante analizar en primer lugar la imagen que los distintos actores de la institución se hacen de los alumnos para luego contrastar con la reflexión que los alumnos hacen acerca de su rol, de la escuela y de la educación. Tomando al ámbito educativo como un espacio fundamental en la construcción de representaciones socialessobre la educación y el trabajo que permite a los jóvenes empezar a imaginarse y delinearse un proyecto de vida, empezaremos por analizar la imagen que los adultos les presentan de ellos mismos, los recursos y conocimientos que les transmiten, las expectativas que tienen acerca de su futuro. No debemos olvidar que en la institución escolar no sólo se aprenden contenidos curriculares, sinofundamentalmente valores, normas, expectativas que influyen en la forma de ver la vida y de verse a uno mismo.
Como plantea Tenti Fanfani, la adolescencia y la juventud son construcciones sociales.[1] La población que actualmente habita las instituciones de educación media se contrapone notablemente con la que tradicionalmente llegaba a ella. En nuestro caso, al analizar una institución casi centenaria,esta transformación se hace visible en el discurso del personal directivo y del docente. La nostalgia por un tiempo que ya se fue, por un alumno que era “sometido” a un mayor nivel de exigencia y que rendía mucho más intelectualmente convive en los distintos adultos entrevistados.
“Acá el nivel es mayor que la media. Aunque según me dicen mis colegas ha bajado muchísimo.”[2]
“Cuando yo ingresése tomaban exámenes de ingreso de matemática y lengua y teníamos un nivel de alumnos los cuales no iba a rendir nadie, porque eran alumnos de 8 y 9. Se tomaban exámenes parecidos al del Buenos Aires y el Pellegrini. Después por estas cosas, se quitaron los exámenes de ingreso. (…) Yo veo un bajón en el nivel de exigencia.”[3]
Frente a un contrato de origen que otorgaba a la escuela moderna el rolde homogeneizar a las poblaciones y obturar las diferencias,[4] la institución escolar se encuentra hoy frente al desafío de aceptar la diversidad y la heterogeneidad educativa como intrínsecas a su realidad. La obligatoriedad del nivel secundario hace que la nueva población que transita por la institución deba ser contenida a partir de estrategias pedagógicas como los gabinetes o del sistema detutorías. En el caso de nuestra institución, ambos sistemas se emplean, aunque no satisfaga a sus autoridades:
“Siguen fracasando los chicos a los que se les ha reservado la vacante. No tiene sentido, por ahí vienen chicos de afuera que piden vacantes y nosotros le estamos reservando a los que repiten y no las aprovechan”.[5]
Pero por otro lado, se destaca también el esfuerzo realizado por lainstitución en integrar alumnos con discapacidades como la ceguera o la discapacidad motora. Esta tensión entre esperanza y desconfianza hacia el interés de los alumnos por aprender se observa también en el discurso docente:
“(…) Acá [6] tenemos mucho hijos de profesionales que sabe que con un título de secundario tiene más posibilidades de conseguir un mejor trabajito, pero la intención no esestudiar, ni siquiera es aprender, la intención es obtener el certificado. (…) Ellos deciden no estudiar y sacarse un uno.”
“Hay falta de interés por parte de los alumnos. Hay una idea entre los chicos de que no sirve de nada estudiar. Muchos de los chicos viene a la escuela por la beca, y los que la tienen no la necesita. No está bien hecho el sistema de becas. Hay chicos que ni vienen a laescuela que tienen la beca”. [7]
Los conflictos sociales y familiares son destacados también como factores que atentan contra el aprendizaje y el comportamiento de los alumnos. La escuela, como una especie de Quijote, debe combatir en soledad frente a los molinos de viento encarnados por las nuevas tecnologías, la disfunción familiar, la descomposición social y la degradación cultural. Los...